Vicente Benítez es como los indios de pueblo, ladino.
Nomás mira de reojo y cuando se descuida el patrón mete la mano al cajón y en aras del “no quiero que me den sino que me pongan donde hay”, se ha convertido en uno de los 23 más importantes saqueadores de Veracruz.
Y sí que salió más aguzado que su valedor.
El artífice de las “maletas voladoras” descubiertas por la PGR en el aeropuerto de Toluca, atascadas de millones de pesos para sospechoso destinatario, el mismo carga velices del candidato Javier Duarte, el que fue premiado con la Tesorería donde inició sus más importantes empresas constructoras familiares, amén de tan groseras como ostentosas residencias en Catemaco, es hoy el sibarita de la prostitución en la SEV.
Un grupo de aspirantes a profesoras denunciaron que este funcionario, actual Oficial Mayor de la Secretaría de Educación de Veracruz, mantiene una red de explotación sexual, con mujeres que andan a la caza de una plaza “con las que organiza pasarelas nudistas y rapacerías sexuales de toda índole”.
Eso es lo que enseña la Secretaría de Educación de Veracruz.
“Vicente Benítez y Valentín Arrieta San Román, su secretario particular, además de un tal “Sidarta”, son líderes de este grupo de políticos abusadores”, según las aspirantes.
En las oficinas de Benítez “Forman la red de trata de maestras, que son elegidas a través de cámaras de circuito cerrado, cuando acuden a la SEV, para invitarlas a formar parte de este círculo, donde el visto bueno se los da Valentín Arrieta”.
Vicente Benítez en mucho recuerda al cerdo Cuauhtémoc Gutiérrez, entregado en el 2014 desde la dirigencia del PRI del DF, a conseguir jóvenes mediante anuncios en internet en los cuales ofrecía trabajo “en una oficina gubernamental” con edades entre 18-32 años, disponibilidad de horario, sueldo entre 8 mil y 14 mil mensuales.
Así, una vez en la red, las aspirantes tenían que pasar la prueba del “sexo oral” y otras sodomías con este desagradable individuo de 140 kilogramos de peso.
Eso sucedió hace un par de años.
Ese animal fue destituido de la dirigencia y a la fecha enfrenta una responsabilidad penal atajada con millones de pesos.
En Veracruz, sin embargo, no sucederá eso, al menos en la presente administración donde se tapan unos a otros.
Ahí queda por lo pronto la denuncia de las aspirantes a una plaza quienes “son llevadas por engaños a casas de seguridad pagadas por la SEV, para satisfacer los apetitos sexuales de estos sujetos, hombres de toda la confianza del gobierno del estado”.
“Las obligan a participar en fiestas de políticos, donde realizan negocios económicos y políticos, entre alcohol, drogas. Ahí las aspirantes a profesoras hacen el trabajo de teiboleras, las drogan y emborrachan”, dicen las denunciantes.
Agregan:
“Sin embargo, a la hora de cumplirles con el pago de una plaza magisterial, les negaron audiencia en sus oficinas, enviándoles mensajes que ya no pueden cumplirles porque están preparando sus maletas, porque serán diputados por el PRI y dejarán pronto el cargo”.
¿Vicente Benítez será diputado local por su tierra?
No se sabe. Pero si se tiene la certeza que el PRI no ganaría con ejemplares como este. Héctor Yunes no puede echarse ese trompo a la uña.
Y es que en realidad no estamos hablando de nada nuevo.
Desde el 2004 el gobernador Fidel Herrera impuso esa práctica como uso y costumbre de la elite del poder: patrocinio y prebendas para aspirantes a una plaza a cambio de favores sexuales.
Ese es en realidad el origen de las “Reinis”. Esa también es la raíz de las “Barbies”. Ejércitos de veracruzanas hermosas, incluidas menores de edad, que tuvieron que pasar por las armas de la Fidelidad.
En ese entonces el “coordinador” de los esfuerzos laborales era Erick Lagos y las dependencias que se mochaban eran la Secretaría de Gobierno y la Contraloría que tenían incluidas en sus nóminas a personal femenino de fijo con salarios de hasta 60 mil pesos.
Eso está publicado.
También que muchas de ellas hoy son beldades fabricadas con diestras manos de acreditados cirujanos plásticos que se llevaron el mérito de ser incorporadas a la política, de poseer notarías y propiedades en zonas exclusivas de Xalapa y Boca del Río y, por supuesto pertenecer a la tremenda corte.
¿Normal?
Sí.
Es la misma escuela que continuó el actual régimen con la variante de la incorporación de gays para lo que se pudiera ofrecer.
A lo de Vicente Benítez se suman un sinfín de rapacerías. Todavía hace algunos días lo señalaron los sindicatos magisteriales por fraude arriba de los 74 millones de pesos. Todo ello amén de la enorme alcancía que levantó de la Secretaría de Finanzas sumada a la de hoy en su atrevido paso por la SEV en donde su firma vale 32 mil millones de pesos.
Son datos crudos que en otras circunstancias escandalizarían y derrumbarían a un gobierno, pero que en el presente solo es una nota más perdida en el fondo de las planas de los diarios.
¡Qué pena!

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo