Eso de que el gobierno de Javier Duarte le aventó al veloz auto de Marijose un cadáver para después incriminarla, sí que convence… pero a los Yunes.
¿Y qué tal el dicho del director de Tránsito de Boca del Río, Jaime Téllez Marié, de que la culpa la tuvo el atropellado José Luis Burela López, egresado de periodismo, por arrojarse imprudentemente al paso de la veloz conductora?
Pero lo que no tiene madre, con perdón de las madres, es el grito loco de los Yunes azules, quienes acusan a Javier Duarte de orquestar un “complot” contra esta pobre señora, María Josefina Gamboa Torales, de 40 años, cuyo único pecado es ser jefa de prensa del alcalde boqueño Miguel Ángel Yunes Márquez, de echarse unas cuantas botellas de alcohol y salir presurosa del antro en horas de la madrugada para que no se mal piense de ella.
“¡No iba borracha!”, fue a gritonear a la agencia ministerial el arrebatado hijo de Yunes Linares, tras exigir la libertad inmediata de la presunta ebria mediante el pago de una fianza de 500 mil pesos.
Y está bien que hay que ser solidario, gremio periodístico incluido, con la magnífica conductora, no de su auto, sino de radio, así como ácida crítica del gobierno de Javier Duarte, pero no se puede pasar por alto que por su responsabilidad, ebria o no, haya un muerto tendido por el cual no tiene que pagar el muerto, ya que está comprobado que el vivo no tenía planeado morir.
¿Perogrullo? ¿Sorna? ¿Burla con el dolor ajeno?
Tal vez.
Pero un crimen no se puede politizar de tan fea manera. Menos cuando se trata de una seria comunicadora que años atrás fue acosada profesionalmente por Gina Domínguez y después, cuando pretende incursionar en la política, afiliada al PAN, en busca de la diputación local por Veracruz, sufre estrepitosa derrota de manos de su mejor amiga, la priista Anilú Ingram.
Si la señora Gamboa es bebedora y tiene mal genio o, incluso, no gusta al gobierno por sus críticas periodísticas… pues muy problema de las partes, pero el tema del homicidio es otra cosa.
Es inadmisible la justicia y gracia.
No permisible su libertad por razón de carácter político. Tampoco se puede inculpar a un muerto de imprudente y es de risa loca dar por buenos los insultos de Yunes Linares a Javier Duarte por el tema, ya que ello sólo confirma, una vez más, la insania de este sexagenario.
María Josefina, Marijose, o como se llame –quien tampoco quería la muerte del tatuador– debe ser sometida a juicio justo y si fue responsable de homicidio imprudencial debe pagar le guste o no a los Yunes.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo