16 de Junio de 2024
INICIO
Política Columnas Municipios País Orbe Educativas Cultural Sociedad Negocios Farándula Deportes Sucesos
-
Derribemos, pero al neoporfirista
.
2015-09-03 - 10:35
Ante el estado de confusión que vive Veracruz a estas alturas ya no se sabe que es más grave, si el ominoso silencio oficial del gobierno de Duarte o las bravatas del alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez, quien amenaza volver a colocar la estatua del asesino Porfirio Díaz, “mil veces si fuera necesario” si la derriban.
Una molestia generalizada a nivel nacional se ha desatado luego de develarse la estatua del dictador que provocó la Revolución de 1910 que costó la vida a dos millones de mexicanos.
El vetusto alcalde de Orizaba dueño de una docena de concesionarias automotrices y proveedor exclusivo de la Mercedes Benz, llamó “mi héroe” a Porfirio Díaz y se vanaglorió de que la plaza Bicentenario de esta localidad sea la primera en México con una efigie del oaxaqueño.
Esa plaza es justamente el símbolo de los dos importantes movimientos libertarios que nos dieron patria.
Valiente orgullo pues para el edil Juan Manuel Diez al cargar con la “honrosa encomienda” de enaltecer al asesino oaxaqueño que enloqueció de poder justo en la región veracruzana donde masacró a los trabajadores, hoy mártires, de Río Blanco y Nogales.
Así, el pasado martes el alcalde obligó a un grupo de colaboradores y simpatizantes del dictador a acudir a la plaza Bicentenario y al son de valses –vaya ridículo- exaltar la figura de quien llamó militar activo por 31 años y héroe.

La estatua, obra del poblano Bernardo Luis López Artásachez, mide tres metros, tiene la cabeza desproporcionada, se parece a Eugenio Derbéz con bigote, y fue colocada en un pedestal de más de dos metros de altura.
En plena ceremonia y no obstante los policías vestidos de civil infiltrados entre los invitados, la ciudadana Norma Edith Colohua, subió al templete de invitados especiales, arrebató el micrófono a la presentadora y gritó: ¡Asesino! ¡Asesino! ¡Asesino!, mientras dos mujeres –aparentemente policías con ropas de paisano– intentaron someterla, pero varias personas las rodearon y lo impidieron.
Airado el alcalde los acusó de comunistas y advirtió que “aunque derriben la estatua mil veces la volverá a colocar en su lugar!”
El tema, sin embargo, ya no será Porfirio Díaz a quien la historia ya juzgó de cara al repudio generalizado de todo un pueblo por más de un siglo. No, el punto está en atajar a reaccionarios como éste aparente venerable anciano, dejado convencer por ultramontanos del DF que lo fanatizaron.
Falso que el edil haya puesto un centavo de su bolsa para la fea estatua. Falso que la comuna haya aprobado su colocación en tan emblemática plaza. Falso que haya pedido la opinión ciudadana y falso que esté “al servicio de mi pueblo”.
Juan Manuel Diez es un admirador de Díaz y perseguidor de indios. En su mismo municipio no deja instalarse a las indígenas (nahuas) de Ixhuatlancillo y La Perla, que vienen con sus vestidos tradicionales, porque dice que afean la plaza. Y es común en él maltratar a sus colaboradores, amén de que es un raboverde acosador.
El edil está convencido de que Díaz fue un patriota que trajo paz y progreso a México; incluso lo comparó con Benito Juárez, “que también fue relegido muchas veces y hay muchas estatuas de él por todo México”, y aseguró que “ya es tiempo de que los restos de Díaz vuelvan de París”.
Ese es el segundo paso de la escalada retrógrada que viene de México en favor de Porfirio Díaz. Esa es la aviesa intención de los panistas que simpatizan con la causa del asesino del siglo antepasado.
Diez es la cabeza de playa. Es a quien hay que atajar. El Congreso local debe pedir su desafuero y echarlo de Orizaba con todo y su fea estatua.
No cabe una regresión más.
Si el gobierno de Javier Duarte por razones aún desconocidas está en el dejar hacer dejar pasar so pretexto de que “ya saben cómo es ese pinche viejo”, no será así para todo un pueblo, el veracruzano, centinela del movimiento y espíritu liberal.
No se puede borrar de un plumazo lo que nos dio patria.
El Alemania han surgido los jóvenes “cabezas rapadas” que idolatran a Adolfo Hitler. En Veracruz no permitamos que a un rancio fanatizado de Orizaba como Juan Manuel Diez, priista, pretenda cambiar el curso de la historia.
Si los malos ejemplos cunden hay que cortarlos de raíz.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo
Los contenidos, estructura y redacción de las columnas se publican tal cual nos las hacen llegar sus autores.

Otras Entradas

Lo más visto