20 de Mayo de 2024
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TIEMPO Y ESPACIO - Maricarmen Delfín Delgado
UNA VIDA DIGNA DE CONTAR
2024-03-26 - 20:17

 



 


Maricarmen Delfín Delgado


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Comentario a la obra de la Dra. Teresita Cubría Ollivier


En la trama de la vida cotidiana de un pueblo o ciudad, tres figuras emergen como pilares fundamentales: el doctor, el maestro y el cura, sus actividades no solo son ocupaciones, también representan instituciones que moldean y sostienen la estructura social y cultural de una comunidad, su presencia y contribución van más allá de sus roles profesionales, ya que simbolizan valores fundamentales como la salud, la educación y la espiritualidad,  como  inspiración  y guía hacia un futuro más próspero y armonioso.


El médico, en particular, es un símbolo de cuidado y salud, su presencia es esencial para el bienestar físico y emocional de los habitantes, en una era donde la atención médica es crucial, el doctor actúa como una figura de esperanza y confianza desde la atención primaria hasta la resolución de situaciones críticas, el médico es el primer recurso al que acudimos en momentos de enfermedad o lesión. Más allá de su papel clínico, representa la dedicación a la comunidad, ya que a menudo se involucra en actividades de concientización sobre la salud y la prevención de enfermedades, su presencia en el tejido social no solo se limita a su consultorio, también se extiende a la participación en eventos comunitarios y la promoción de un estilo de vida saludable.


Xalapa es cuna de importantes personajes que han dejado su nombre plasmado en la memoria colectiva por su dedicación y aportación en¿ beneficio de la ciudad, médicos como Rafael Lucio, Gastón Melo y Miguel Dorantes Mesa han quedado en la historia local por sus aportes y trayectoria en pro de la comunidad.


Así el nombre de un destacado médico resonó en esta ciudad durante la segunda mitad del siglo pasado, el del doctor Juan José Cubría Ollivier, a quien, por su popularidad sólo se le mencionaba como el Dr. Cubría, conocido y admirado por los xalapeños que sabíamos de su magnificencia como un profesionista con amplios conocimientos en el campo de la medicina.


Esa admiración no solo se quedó en sus pacientes, también presente en su hija, dedicada profesionista en el campo de la medicina, la doctora Teresita del Niño Jesús Cubría Ollivier, quien mediante el recurso de la narrativa plasmó la vida de su padre como un tributo a su memoria.


La narrativa personal es el abanico donde sus pliegues son las experiencias individuales que se entrelazan con maestría, desplegando episodios de la vida a través de la narración, donde el autor, como hábil artesano de la palabra, da vida a sus historias a partir de eventos y vivencias personales. Este arte transcurre por caminos diversos que pueden llevar a la introspección, la narrativa personal no sólo proporciona una ventana a las experiencias individuales, también puede ser una forma poderosa de comunicación, conexión y comprensión mutua, donde el autor utiliza su voz única para transmitir la complejidad de la vida y, al hacerlo, invita a los lectores a autoanalizarse, reflexionar y aprender.


Así lo hace la autora, con su personal estilo literario plasma la vida de su padre con gran certeza y fidelidad en cuanto a los hechos, apoyada en su excelente memoria y agradable forma de describir cada episodio, lugares y fechas, cúmulo de sus vivencias en el seno familiar.


En estas páginas nos sumergiremos en la extraordinaria vida del Dr. Juan José Cubría Bermúdez, un hombre cuya trayectoria se erige como ejemplo de dedicación, esfuerzo y humanidad en el vasto horizonte de la medicina. Su historia, marcada por la huella de sus propios sueños y la voluntad incansable de servir a los demás, nos invita a explorar los senderos que lo llevaron desde los rincones rurales hasta la bulliciosa ciudad de Xalapa.


Desde su juventud, demostró una sed insaciable de conocimiento, su inquebrantable espíritu y habilidades académicas excepcionales lo llevaron a convertirse en un destacado estudiante cuando se lo propuso. Pero más allá de los logros académicos, fue su profundo compromiso con el bienestar de la sociedad lo que forjó las bases de su notable carrera.


La narrativa se desenvuelve desde los primeros años de vida de Juan José, en su poblado natal, pasando por su etapa de adolescente responsable y trabajador, donde ya se vislumbraban el potencial de un sanador nato, a medida que avanzamos, nos encontramos con las páginas de su vida que relatan sus valientes incursiones en poblaciones rurales, donde las necesidades médicas a menudo superaban los recursos disponibles,  donde, guiado por un sentido de responsabilidad y compasión, se convirtió en un halo de esperanza para aquellos que habían sido olvidados por los servicios de salud convencionales.


En esta admirable historia de vida, descubriremos no sólo los logros profesionales del Dr. Cubría, también las luchas personales que enfrentó y los sacrificios que hizo en aras de su vocación. Este libro es un tributo a la perseverancia, la pasión y la dedicación, una celebración de la vida de un hombre cuyo legado continúa inspirando a generaciones de médicos y a todos aquellos que buscan un propósito más elevado en sus propias vidas.


Juan José Cubría Bermúdez, un ícono de la ciudad, profesionista distinguido como excelente médico, humanista y de alta educación, su fama data de los años cincuenta del siglo pasado, es recordado por la sociedad de ataño con cariño y admiración.


Sea esta obra biográfica el merecido homenaje a un verdadero xalapeño ilustre. 


 


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