Mariluz Reyes Jiménez, de 36 años, fue asesinada por su pareja sentimental en Orizaba, Veracruz.
Ella lo quería abandonar, pues no soportaba la manera en que la celaba, pero él la creía de su propiedad, y además sospechaba que lo traicionaba, motivo por el que la mató y después la despedazó.
Hasta el cierre de esta nota, las autoridades estaban al pendiente de la búsqueda de varios restos y extremidades de la víctima, pues el presunto feminicida tiró los pedazos en varios municipios.
Se trata de una de las primeras personas desaparecidas en los dos meses del mandato del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. Era una mujer que fue reportada como desaparecida ante el fiscal Jorge Winckler.
Las autoridades recibieron la denuncia por su desaparición el pasado 23 de febrero, cuando se le vio la última vez con quien era su pareja sentimental, al que, de acuerdo con testimonios, quería abandonar por sus constantes acosos y celos.
Los padres de la víctima, en busca de apoyo, ingresaron al Colectivo de Familiares en Búsqueda Córdoba-Orizaba, encabezado por Aracely Salcedo, quien luchó por encontrarla aún con vida, se enfrentó con las autoridades como lo hace en cada caso que acompaña, mas no logró buenos resultados.
Fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del estado alertaron que partes de su cuerpo, manos, piernas, dorso y brazos, han ido apareciendo de manera intermitente en distintos puntos entre Orizaba, Ixtaczotitlán y Córdoba.
El agresor la despedazó en algún punto de la ciudad de Orizaba donde la mantuvo cautiva por algunos días, y posteriormente la cortó en varias secciones, mismas que depositó en cajas de cartón. Después las tiró por toda la región con la finalidad de desviar la investigación hacia los grupos delincuenciales que operan en la región. Los que descuartizan cadáveres.
Las autoridades y habitantes del lugar han comparado este crimen con el de Evangelina I, la reina del Carnaval de Veracruz, que en un rato de psicosis, por el consumo de drogas y alcohol, dio muerte a sus hijos, los hizo pedazos y los enterró en grandes maceteros de su vivienda en el puerto jarocho.
Su cabeza y parte de su dorso fueron localizados este fin de semana en el poblado de Zoquitlán-Viejo, cerca de Orizaba.
En esa misma área de influencia, en cajas de cartón, han ido apareciendo más restos.
Las autoridades correspondientes aún no han proporcionado mayor información del agresor, de su situación legal o si ya fue identificado.