En medio de un fuerte operativo de seguridad implementado en los alrededores de una agencia funeraria ubicada en la calle Poniente 3, en el centro de Orizaba, el llanto y la indignación se hicieron presentes.
Familiares y amigos velaron ayer los restos de la periodista Anabel Flores Salazar, quien fue secuestrada en su propio domicilio por hombres con vestimenta militar y encontrada muerta un día después en los límites de Veracruz y Puebla.
El ataúd de madera tenía encima una foto de Anabel que circula en los medios, así como flores blancas.
El velorio se efectuó de forma austera, con la presencia de alrededor de 15 familiares y amistades cercanas, quienes pasaron a darle el último adiós a Anabel Flores Salazar.
Amigos y compañeros de la periodista pudieron ingresar a la funeraria con la encomienda de no tomar fotografías.
En el exterior de la funeraria y varias cuadras a la redonda decenas de elementos de la Policía Estatal y Fuerza Civil realizaron un fuerte operativo.