El olor a muerte llegó dentro de un ataúd color cielo, igual al nuevo hogar de Juan Mendoza Delgado, ex reportero de El Dictamen supuestamente atropellado en la carretera Santa Fe-San Julián.

Desde las primeras horas de este viernes, la familia se reunió en una casa en obra negra en la localidad de El Tejar, perteneciente al municipio de Medellín de Bravo, a la espera de la llegada del cuerpo, cuya entrega retrasó la Fiscalía General del estado.

Recreando la misma escena de las anteriores muertes de reporteros en el gobierno que preside Javier Duarte de Ochoa, la casa número 13 exhibió carencias en servicios básicos; una calle rodeada de baches, sin pavimentar, con pocas luminarias y sólo una guarnición mal pintada en amarillo.

¡Justicia!, fue lo que exigió la señora Taide Griselda Pavón Moguel, viuda del reportero Juan Mendoza, quien apareciera muerto la madrugada del miércoles a un costado de la carretera federal Santa Fe-San Julián, con lesiones múltiples y que según la Fiscalía General del estado fueron provocadas por un atropellamiento que le causó la muerte.

Tras reconocer no estar conforme que se haya dado por hecho que murió atropellado, reiteró: “Lo único que pido es que se haga justicia porque mi esposo no merecía esto, era una buena persona, un excelente compañero, un buen esposo”.

Renuente en un principio a platicar con los medios de comunicación, pues señaló estar desconcertada y presa de un profundo dolor, sin cabeza para pensar nada, comentó más adelante que en ningún momento su esposo recibió amenazas de ningún tipo, “eso es lo que más me desconcierta”.
Aseguró que Juan Mendoza tenía amistad con todos sus compañeros de trabajo y sus vecinos lo conocían bien. “El periodismo era su pasión, a él le gustaba escribir, creo que no lo hacía por algo económico, él lo tenía de vocación. A él le gustaba, decía que el periodismo es lo suyo”, indicó.

Relató que todos los días trabajaba en su página de Internet del mediodía a las dos de la tarde, y a esa hora iniciaba su labor como taxista, hasta las dos de la mañana, por lo que al no llegar a casa el pasado 30 de junio empezó a preocuparse.
Cabe destacar que el cuerpo fue velado por un corto tiempo, ya que debido al paso de las horas había entrado en descomposición.