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¿Y, el proyecto azul?
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2017-03-23 - 05:47

CADA DÍA QUE pasa, las condiciones políticas en todo el país, pero de manera particular en Veracruz, se van complicando.

Todo mundo sabe, porque nadie lo ha ocultado, que el actual gobernador del Miguel Ángel Yunes Linares trae un proyecto político que no se termina con los dos años de su gobierno.

Es bien sabido, también, que como político veracruzano se ha empeñado, quizá desde antes de ganar la gubernatura de dos años en Veracruz, en generar una permanencia política en el gobierno estatal, de por lo menos ocho años, es decir, dos para él y seis para su hijo.

Pero este proyecto político, de color azul, no era, exactamente, una creación del yunismo, porque también, dentro del Partido Revolucionario Institucional, se había armado, pocos meses antes de las elecciones gubernamentales del año pasado, el proyecto rojo, con los mismos propósitos que siguen animando al proyecto azul, es decir, que se hablaba de un gobierno de dos años para Héctor Yunes Landa, en el caso de triunfar, y seis años para Pepe Yunes, quien estuvo en la jugada y muy cerca de que fuera nominado en el proceso de la sucesión pasada.

Pero esto, que parece haber quedado para la historia política de Veracruz, no ha desaparecido, pues aunque Héctor Yunes Landa no ganó, el derecho sigue siendo, de acuerdo a las diversas opiniones de los priistas veracruzanos, para Pepe Yunes, quien, sin duda, estará buscando esta oportunidad de gobernar a su estado.

Lo mismo está sucediendo para el gobernador en turno, que a todas luces se prepara para concretar las aspiraciones del proyecto azul, donde se busca la continuidad del poder familiar.

Sin embargo, decíamos al principio, las condiciones políticas, se van enrareciendo, de tal manera, que dentro del PAN, así como de su coaligado partido de la Revolución Democrática, están apareciendo los desacuerdos, los cuales no son simples conjeturas, sino reales expresiones de los dirigentes más connotados del panismo nacional, pues al parecer, no jalan muy parejo con lo que está sucediendo en Veracruz, principalmente, con la política gubernamental, porque están viendo un serio peligro de desestabilización del propio partido político.

Por ejemplo, Ricardo Anaya, dirigente nacional del blanquiazul, ya ha dado muestras de ese desacuerdo, a tal grado de que se permitió intervenir en Veracruz, para darle marcha atrás a la candidatura de Ricardo García Guzmán, quien había conseguido, en el ámbito local, el apoyo necesario estaba para buscar, por segunda ocasión, la presidencia municipal de Pánuco. Anaya, con el argumento de que el gobernador entraba en negociaciones con políticos y personajes connotados del duartismo, lo que para él, es una ofensa para su partido, al abrirle las puertas a quienes, ellos mismos lo denunciaron en su momento, han saqueado el patrimonio de los veracruzanos.

Es aquí donde se han iniciado los principales desacuerdos políticos que pudieran seguir en el futuro, de tal manera que pondría en serios aprietos al proyecto azul que a pesar de todo, sigue caminando hacia el propósito de darle continuidad, como ya se dijo, al poder familiar en Veracruz.

Esta sería, sin duda, otra guerra política para el gobernador veracruzano, pues aparte de atender los asuntos relacionados con su administración, así como estar atento a los avances de la oposición, entre ellos, Morena y el propio PRI, tendría que dedicarle tiempo suficiente para respaldar su proyecto frente a su mismo partido, que le estaría poniendo piedras en el camino para la próxima sucesión gubernamental, donde ya se está afianzando, supuestamente, el proyecto mencionado.

Lo que en principio parecía ser un asunto de mero trámite, ahora se complica, porque ya entraron en acción los dirigentes nacionales, quienes han tomado la rectoría política de su partido, enderezando los caminos de las propuestas, que en todo caso, no serían precisamente locales, sino del orden nacional.

Cosas de la política que se van presentando, pero con dedicatoria especial hacia la sucesión gubernamental en Veracruz, donde muchas miradas están puestas desde ahora, en este importante proceso del próximo año.

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LO QUE ANTES SE venía calculando como un mero choque de trenes, en la capital del estado, en busca de la alcaldía, principalmente, entre el candidato del PRI, y el de la coalición PAN-PRD, todo parece indicar que esta condición política no se dará, cuando menos, en la dimensión que se esperaba.

Afirma la opinión pública, que no es precisamente de café, que ahora más que nunca el PRI, tendría que enfrentar a la suerte que siempre han tenido los partidos políticos como Morena, que suelen hacer campaña política en los restaurantes o a través de conferencias de prensa que nada llevan de proselitismo político, cuando de campañas políticas se trata.

Ese sería el reto más importante para los tricolores, que llevan, sin duda, a un personaje de calidad política a la búsqueda de la alcaldía por Xalapa.


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VAYA, MUCHO SE ha dicho acerca del hartazgo que existe entre los mexicanos hacia los políticos y de paso hacia los políticos que los respaldan.

Nadie se puede salvar de esta mala calificación, aunque es el PRI, quien más ha cargado con la culpa de todo lo que sucede en cualquier parte del país.

Sin embargo, hay que repartir las culpas, dirían muchos veracruzanos, porque el PAN, ya tuvo su probada de gobierno y fue por dos sexenios, donde de plano, lo que hizo fue establecer un marcado retraso del propio desarrollo nacional, involucrándolo, además, en un proceso de violencia que ha ido creciendo y de lo que todos los mexicanos, ya protestan permanentemente.

Sí, el PRI, ha cometido innumerables errores que lo han puesto en serio peligro de desaparecer del ámbito político nacional, también es preciso señalar que todos los políticos, de cualquier partido que exista en México, ha sacado su parte y lo mismo tenemos gobernantes enriquecidos a través del poder político del PRI, que de los demás políticos que han pasado por las filas de los demás partidos.

México, camina con serios problemas en todos los órdenes de su gobierno, pero esto ha sido culpa de todos, incluyendo a los propios ciudadanos, que de ninguna manera deberán quedar al margen, pero tratándose de partidos políticos, todos tienen, sin duda, cola que les pisen.

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