CONFORME pasa el tiempo, Veracruz, se hunde.

Lastimado por todas partes, el estado, ha visto frenado su desarrollo y no hay, al parecer, formula que aplique el actual gobierno yunista, para sacarlo de la barranca.

Lástima, porque las esperanzas estuvieron puestas, precisamente, en el rescate, no tan solo financiero, sino también social y de justicia.

Han pasado, exactamente, dos meses y medio, es decir, setenta y cinco días, que para un gobierno de dos años, es más que suficiente para ofrecer resultados en todas las áreas de la administración.

Es cierto, Veracruz, se hunde en la miseria, se hunde en la injusticia, en la inseguridad, y sobre todo, se hunde en la posibilidad de subsistir, porque, sencillamente, no hay empleo y los que había han desaparecido en aras de un ajuste presupuestal.

A la fecha, se han despedido más de diez mil empleados que ya tenían varios años de trabajar, pero que las nuevas disposiciones les han cerrado el camino para seguir laborando en sus respectivos empleos y por lo tanto, hay falta de recursos en las familias para poder comer y cumplir con las demás necesidades que son, de alguna manera, prioritarias.

Este es el panorama que hasta este momento se presenta.

Se diluyen, pues, las esperanzas de quienes votaron por el cambio, pensando que la situación mejoraría, porque ese fue el reto y esa fue la promesa hecha a millones de veracruzanos, que vieron en esta oportunidad, una forma de ponerse a mano con el PRI, principalmente, por el efecto que produjo la mala administración duartista.

Veracruz, se hunde, porque no hay evidencias de un crecimiento sostenido o de una buena política que atraiga empresas y por lo tanto, empleos, para todos aquellos que por una u otra razón, fueron despedidos de sus ocupaciones, más cuando fueron, precisamente, los que más votaron por el cambio ofrecido por la coalición PAN-PRD.

Se asume que en estas condiciones, el panorama político ha cambiado y que hay descontento entre quienes fueron usados para lograr el éxito electoral del pasado cinco de junio.

Hoy, en todas partes hay lamentos, sí, hay lamentos, porque las familias son las que más están resintiendo los efectos de esta transición política, que a final de cuentas, durará dos años, pero que de continuar, el Estado, no tendría más oportunidades de salir de este problema político, financiero y social, en que se encuentra metido.

Ya es tiempo, pues, de que se haga lo que se tiene que hacer para devolver la confianza a los veracruzanos.

Ya es tiempo, pues, de que haya resultados positivos y que se devuelvan los empleos que fueron cancelados o que fueron ofrecidos a personas que forman parte de la nueva estructura política que se mueve desde el gobierno de Veracruz.

No hay que esperar que Veracruz, se hunda completamente, porque hay tiempo de salvarlo, solo se requiere de buena voluntad, de trabajo en beneficio de los mismos habitantes del estado, y además olvidarse de priorizar la cuestión política de partidos y de afanes personales para crear un estado pujante, como lo ha sido siempre esta entidad.

Que Veracruz, se hunde, parece ser el camino que lleva por ahora, pero que de haber un profundo interés en salvarlo, se salvará y eso ayudará a quien proyecta un periodo constitucional de gobierno de ocho años, independientemente, de que se estaría cumpliendo con el compromiso contraído, el más sagrado ofrecimiento que se puede hacer para ayudar a los demás.

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APENAS DIJO QUE buscaría un nuevo periodo al frente de la Universidad Veracruzana, cuando no faltó quien se le fuera encima a la rectora de la Casa de Estudios más importante de Veracruz, doña Sara Ladrón de Guevara, atajándola, de alguna manera, en sus pretensiones.

Y es que, sin lugar a dudas, hay quien está pensando en arribar a la rectoría, cuando llegue el momento, por lo que se comenzó un proceso de descalificación de la actual responsable general de la universidad.

Sin embargo, no han faltado voces que han defendido el trabajo de la rectora, afirmando que tiene posibilidades de que pueda ser reelegida para un nuevo periodo, en el cual, completaría sus propios proyectos en relación a la proyección académica y a la colocación de la institución, como una de las universidades de más prestigio a nivel nacional.

Se sabe, pues, que hay siempre intereses políticos que buscan frenar las aspiraciones de doña Sara, por lo que se espera que haya en la universidad, un profundo análisis de lo que se ha hecho y de lo que falta por hacer, que sin dudarlo, es mucho, por lo que una nueva oportunidad a la actual Rectora, podría consolidarse el proyecto universitario que se tiene ahora y que busca posicionar a la universidad, en su propia dimensión, no tan solo a nivel estatal, nacional, sino en el ámbito internacional, donde ha sido reconocida su labor y su presencia como una de las más importantes instituciones de educación superior.

Es cierto, doña Sara, no ha tenido, que digamos, una conducción de la Universidad, muy cómoda, pues ha tenido sus errores y que han sido señalados en diversas ocasiones, sobre todo, por su incursión política que la identificó claramente con los proyectos políticos actuales, pero también hay que considerar que la Universidad, es plural y cuyo pensamiento, debe comenzar, precisamente, en la cúpula desde donde se dirige su futuro.

Así lo ven quienes apoyan a doña Sara, que no niegan que haya tenido momentos críticos y que haya sido difícil la solución, pero ha logrado, hasta hoy, tener concretado un buen proyecto académico que mantiene a la casa de estudios, con la confianza que ha proyectado siempre.

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QUIEN LE PONE todas las gamas en este momento, a la vida política del PRI, es precisamente, el nuevo dirigente Renato Alarcón Guevara, que sin duda, está viendo que las cosas no están fáciles y que hay una profunda diferencia entre manejar las cuestiones de una delegación federal, sobre todo, en el aspecto médico, donde ya se movía como pez en el agua, a tener que enfrentar la angustia política que se genera, como es el caso de ahora, para determinar a los que buscaran una alcaldía veracruzana, sobre todo, frente a momentos políticos de suma importancia por el episodio electoral recientemente vivido.

En estos momentos, ni tiempo ha tenido para atender a los medios de comunicación, entendiendo que éstos forman parte de todo proceso electoral, por el trabajo que debe difundirse.

Pocos han logrado asimilar la idea de que los medios de comunicación, van siempre junto a la vida política de un municipio, un estado, o del país mismo, y ya no digamos de lo que sucede en la vida internacional, como ahora ya se ve todos los días.

En fin, que las ocupaciones de Renato Alarcón Guevara, se han intensificado, de tal manera, que los resultados le pueden favorecer con el alcance de por lo menos ciento cincuenta posiciones de presidentes municipales, según el análisis que se maneja entre la propia opinión pública.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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