Buen día apreciado lector
De momento causó tremenda sorpresa dominical la renuncia del Tío Fide a su embajada consular en Barcelona. Aunque el invierno allá es de locura, esta temporada no hubo tiempo de quitarse los zapatos para ayudar y llevar despensas a los gachupines en nombre del hermano pueblo de México.
Ya pensándolo bien, era obvio que el partido en el gobierno que lleva todas las de perder en el proceso electoral que se avecina, necesitaba gente con recursos monetarios y las mañas como nadie, como las de Fidel y nada raro sería que el propio Presidente de la República lo haya mandado traer de bombero tricolor.
Porque de que hará escándalo claro que lo hará y el propio Miguel Ángel debe estar preocupado porque en poco tiempo estará limitado por la ley electoral para debatirle al cuenqueño.
El tiempo ha evidenciado que a Miguel y a Fidel las denuncias y los señalamientos públicos les hacen los mandados. Y como andan las cosas se antojaba que del altiplano tendría que llegar un verdadero gladiador para tratar de reposicionar al partido tricolor.
Otra vez se mostrarán las corbatas rojas, otra vez los baños de pueblo, otra vez el reparto de lana a la gente necesitada. No le extrañe a usted si el Tío resulta el nuevo presidente del Revolucionario Institucional. Casi le podría apostar.
¿O presidente del Partido Verde?
¿Quién que no estuviera fuera de sus cabales se iba a imaginar que Fidel Herrera Beltrán reviviría políticamente en Veracruz?
Lo que sea, pero habrá batalla verbal para rato. Recuerdo mucho hace años cuando el legendario Froylán Flores Cancela escribía que en política no hay cadáveres, ¡el Tío está de regreso!

CON ESOS “AMIGOS”

Bien pudieran decir los titulares del Ejecutivo y del Poder Judicial que con esos “amigos” del Legislativo, para qué quieren enemigos.
Se supone que normalmente en todo gobierno democrático hay autonomía de poderes, pero se entiende que debe haber coordinación de tareas para que se pueda trabajar en armonía, no digo que deban estar sometidos a voluntades o caprichos, pero cuando menos hablar, preguntar, cabildear y así tomar decisiones.
Lo que hicieron los diputados con el presupuesto del Poder Judicial en tiempos de por sí complicados no tiene abuela.
Hay quienes dicen que están muy novatos y no saben cómo actuar.
Hay quienes afirman que tras el tropezón buscaron a un chivo expiatorio y le echaron la culpa al secretario general, cuando que todo mundo sabe quiénes son los responsables de lo que se hace en la Cámara.
Ni modo que sea alguien de afuera.
En fin, el titular del Poder Judicial magistrado Edel Álvarez Peña simplemente hizo lo aconsejable y lo correcto. Promovió ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación una controversia constitucional y dentro de no mucho, el Congreso tendrá que devolver al Tribunal lo que le corresponde, nada más.
Era tan evidente que los medios de comunicación le dieron vuelo al asunto y reconocieron que en este caso don Edel tiene la razón.
Y a esperar resultados.
Tenga el lector una semana de paz y armonía.

gustavocadenamathey@hotmail.com


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