MIENTRAS el gobierno federal ni el estatal, hagan lo necesario para encarcelar al grupo saqueador de los recursos económicos del erario del estado, la impunidad seguirá siendo uno de los grandes pendientes en la entidad veracruzana.

Es evidente, por los días que han pasado, que Javier Duarte de Ochoa, es uno de los políticos que más ha protegido el sistema nacional y estatal.

Desde hace muchos meses, se presentaron las pruebas suficientes para poder intervenirlo judicialmente, pero nada se ha hecho a la fecha, cuando ya está caminado el periodo gubernamental de dos años a cargo del gobernador Miguel ángel Yunes Linares. La Procuraduría General de la República, atrajo, en su momento, el caso Veracruz, en virtud de que la misma federación se vio afectada por la falta de comprobación de recursos etiquetados para Veracruz. En cierta forma, se hacía responsable de la búsqueda del ex gobernador en fuga, así como de la investigación en otros cómplices del daño patrimonial de la entidad.

Sin embargo, los días se fueron diluyendo y llegó a decirse, claramente, que desde la federación se protegía a quien había desgobernado al estado de Veracruz, al parecer, por haber contribuido, en su momento, con grandes cantidades de dinero, a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto.

Ese fue un rumor que se esparció por todos los rincones de la entidad y del mismo país, aunque hasta la fecha, nada se ha probado.

Veracruz, seguirá envuelto en el manto de la impunidad, si en poco tiempo no se ejecutan las órdenes de aprehensión que existen, no tan solo para Duarte de Ochoa, sino para mucha gente que se enriqueció a costa del erario estatal.

Por su parte, el gobernador del estado, en plena campaña política, aseguró que haría todo lo que estuviera en sus manos para atrapar a los ladrones y ponerlos a disposición del juez correspondiente. Es la fecha en que han transcurrido cuarenta y dos días de la nueva administración y no se tienen noticias de esfuerzo alguno para cumplir con este compromiso contraído con los electores veracruzanos.

Es por esa razón que todo apunta a que Veracruz, sigue viviendo en la impunidad, pues ni peces chicos ni grandes han caído, como se pronosticaba al acercarse el inicio del gobierno yunista.

Así las cosas, todo parece encontrarse en condiciones de espera, de conceder tiempo y de buscar que estos hechos se disipen por si mismos para no hacer responsable a nadie. Los veracruzanos, en este sentido, han sido engañados una vez más, pues la historia política de Veracruz, refleja muchos casos parecidos, aunque no con la misma dimensión que se han presentado en los recientes tiempos.

Mientras, el gobierno estatal, sufre por todos lados al querer conseguir recursos económicos para salir de la crisis.

Son miles de millones de pesos que se han llevado de las arcas estatales y no se hace nada para poder regresarlos al patrimonio estatal.

Han surgido, sin embargo, importantes noticias del gobierno estatal, en el sentido de tener en su resguardo, los expedientes, debidamente formulados de muchos de los ex funcionarios del gobierno estatal, a quienes se les habrá de requerir para que respondan por los delitos cometidos, pero eso, solo se ha manejado a nivel de declaraciones, pero en los hechos, no hay nada concreto que se pueda tomar como una decisión gubernamental para hacer cumplir la ley.

Los días y los meses, avanzan. El tiempo va requiriendo mayor atención en otros asuntos que son importantes para la administración estatal, con lo que, una vez más se ratifica que los hechos suscitados en Veracruz, relacionados con el saqueo de sus recursos, que dieron vuelta al mundo y que fueron condenados, incluso, internacionalmente, se van olvidando poco a poco hasta el grado de que no hay quien recuerde el robo más grande del estado.

Veracruz, al parecer, seguirá viviendo en la impunidad. Seguirá siendo señalado como uno de los estados, más endeudados por un origen, en gran porcentaje, por los desvíos de sus propios recursos.

Lo de aquello que se decía sobre Veracruz, que era un estado, que lo tenía todo, ahora es una entidad, que lo ha perdido todo o casi todo.

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¿QUIÉN SE ATREVERA a ponerse el trompo en la uña para salvar al PRI, después de que Felipe Amadeo Flores Espinosa se ha retirado de la dirigencia estatal, comprendiendo que su ciclo político ya concluyó, al menos, dirigiendo al famoso ex partido de las mayorías?.

Desde luego, que son muchos los tiradores, porque a pesar de que el tricolor ha permanecido en el suelo desde las pasadas elecciones del mes de junio pasado, o hay que perder de vista que sigue siendo una organización con muchos méritos, aunque la mayoría de los que se han servido de él, ya no responsan eficazmente a sus requerimientos actuales.

Se dice, que ante esta nueva posibilidad de que se recupere en Veracruz, el PRI, tendrá que tener en su dirigencia a personajes capaces de hacer un buen trabajo en lo que le falta para que lleguen las elecciones municipales. Ya se mencionan, por lo tanto, a varios políticos que buscan el honor de volverse a poner la camiseta.

Pero, cuidado, ya no tendrán que ser emisarios del pasado, sino auténticos priistas que tengan en sus principales objetivos, olvidarse, por un momento, de los intereses particulares.

Hoy en día es muy difícil que esto suceda, pero también hay que analizar, que para el PRI, es necesaria una verdadera reestructuración política en sus mandos.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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