Tres gobernantes postulados por el PRD manifiestan su deseo de participar como candidatos presidenciales de ese partido en la contienda del 2018.
Dos de ellos son militantes del partido, el otro no, pero gobierna apoyado por ese partido y pretende seguir siendo apoyado por ellos.
Los tres coincidieron en el IV informe de Gobierno de otro mandatario surgido de las filas de ese partido, Arturo Núñez Jiménez, donde ratificaron su deseo de participar en la elección presidencial.
Miguel Ángel Mancera Espinosa lo repite una y otra vez a quien se lo pregunta y busca el establecimiento de una alianza de los partidos de izquierda, con excepción de MORENA.
El Jefe de Gobierno de la CDMX sabe que en cuanto a posicionamiento le lleva amplia ventaja a los que pudiesen ser sus adversarios internos, pro también debe tomar en cuenta que sus bonos han bajado sensiblemente, especialmente entre sus gobernados.
Algunas decisiones gubernamentales afectaron su popularidad, aunque encontró un trampolín en el que descansa sus aspiraciones con la exigencia de mayores recursos para el gobierno de la CDMX el próximo año.
Y es que uno de los mayores recortes contenidos en el Presupuesto de Egresos del 2017, aprobado la semana pasada, es el correspondiente a la CDMX, lo que provocó un frente unido del perredismo en torno al Jefe de Gobierno.
Mancera Espinosa enarboló la bandera de la exigencia de mayor presupuesto y la dirigencia de su partido y los diputados la asumieron, aunque finalmente los resultados no fueron los esperados.
Con esa actitud de reclamo y exigencia, Mancera pudo revalorarse, ya que las decisiones sobre el programa de contingencia ambiental, aunado a situaciones de violencia e inseguridad, además de los pocos resultados de su obra pública, provocaron un rechazo ciudadano.
La máxima prueba de la inconformidad ciudadana hacia el gobierno de Mancera se produjo en los comicios de 2015, cuando el PRD perdió la mayoría en la ALDF, así como varias delegaciones de importancia, entre las que se ubican Cuauhtémoc, Tlalpan, Xochimilco, Azcapotzalco y Tláhuac con MORENA, Magdalena Contreras y Milpa Alta con el PRI y Miguel Hidalgo con el PAN. Los priistas refrendaron su victoria en Cuajimalpa y los panistas en Benito Juárez, con lo que los perredistas solamente triunfaron en seis de ellas.
Hasta el momento son muchos los que manifiestan desacuerdo con el cambio de Distrito Federal a Ciudad de México y con los constantes signos de violencia que no parecen preocupar a las autoridades capitalinas, las que insisten en que la ahora CDMX es la una ciudad segura.
La no incorporación de Miguel Ángel a las filas del partido que lo eligió como su candidato al gobierno del entonces Distrito Federal provoca dudas en algunos de los clanes del partido, aunque el mismo Jefe de Gobierno realiza alianzas con varios de los grupos para colocar figuras claves al interior del partido.
Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, gobernador de Morelos, siente que es su momento de participar como aspirante presidencial, ya que cuenta con uno de los currículos más amplios de la militancia de izquierda.
Ha sido diputado en cuando menos tres ocasiones, una ocasión más senador y gobierna una entidad sumamente complicada.
Graco es fundador de partidos políticos como el Socialista de los Trabajadores y el de la Revolución Democrática que ya llegó a presidir.
Su gestión gubernamental es reconocida en algunos sectores, mientras que otros la critican, especialmente por el tema de seguridad.
De acuerdo con las cifras oficiales, los delitos han disminuido, especialmente en los rubros de secuestros y asesinatos, lo que no convence a sus críticos. Morelos ha sido desde hace muchos años un sitio de concentración delincuencial, al que los jefes de los cárteles tomaron por domicilio.
Desde los tiempos del priista Jorge Carrillo Olea, siguiendo con los de los panistas Sergio Estrada Cajigal y Marco Adame Castillo, el estado concentró parte de lo más selecto de la delincuencia y vivió tiempos de terror.
Los actuales tiempos son de incertidumbre para el gobernador de Morelos, ya que mantiene un frente abierto con sus detractores sobre el mando único policíaco y los debates con el Rector de la Universidad y el uso de los recursos.
Sin embargo, eso no desanima al gobernador de Morelos, quien confía en obtener el respaldo necesario para competir por la candidatura presidencial de su partido y convertirse en el abanderado del partido para los comicios del 2018.
El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo es el tercero en discordia dentro del perredismo selecto que busca la candidatura presidencial.
De los tres, Silvano es quien menos tiempo tiene de gobernar, aunque ha realizado una carrera política meteórica, consagrándola dentro de su esquema con la recuperación de un estado emblema para el sol azteca, como lo es Michoacán.
Vinculado al campo, Silvano fue dos veces diputado federal, otra senador y dos veces candidato al gobierno de Michoacán, además de presidente municipal de Zitácuaro.
En la primera de ellas perdió y fue relegado al tercer lugar, con todo y que el PRD era partido gobernante, ya que la victoria le correspondió al PRI.
Como diputado federal, la segunda ocasión, coordinó al grupo legislativo de su partido y fungió como presidente de la Cámara de Diputados, donde consiguió amarres políticos de primer nivel.
Como gobernador su gestión ha sido incolora e insípida, manteniendo focos de atención sobre los problemas de inseguridad y violencia, además de críticas sobre algunos excesos detectados en su administración.
De este trío de gobernantes saldrá, probablemente, el candidato que propondrá el PRD, si es que presenta candidato propio.

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