23 de Abril de 2024
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Don Pepe Sarquis, un hombre benefactor
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2016-09-26 - 13:58
Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. Lucas 10:35
Mi amigo, don José Sarquis, es un terrablanquense de excepción, su vida es una auténtica historia de éxito.
Pepe llegó a la Ciudad de México a mediados del siglo pasado, iba buscando el progreso que no lograba en su natal Tierra Blanca, Veracruz.
Fue acogido en la capital del país por su tío don Juan Sarquis, su primera chamba fue de lavacoches y recibía cinco pesos de “aquellos” por vehículo lavado.
Con el paso de los años y debido a su buena administración y la falta de talento de sus primos y sobrinos; Pepe pasó a ser dueño de los estacionamientos de su tío, le compró un titipuchal de metros cuadrados de aparcados.
Pero dejando a un lado su proverbial visión empresarial, además de su seriedad profesional, lo que hay que destacar de don Pepe es su generosidad.
Mecenas de más de un político, como Sami David, por ejemplo, mi paisano se convirtió en un referente obligado para buena parte de los veracruzanos que llegaban al DF.
Era común que hubiese fila en su oficina de gente que requería algo. Recuerdo como en el restaurante Angus, de la Zona Rosa, Pepe ordenaba que a un lado de la entrada, le dieran de comer a los menesterosos.
Incluso, a una hermana de las camareras del sitio, le pagó un curso de cocina en Canadá, de ese tamaño era la generosidad.
Sarquis, que ya rebasa los noventa años solía decir: los políticos son muy chingones, pero ¿dime de alguno que haya inventado un pedazo de tierra?
La parábola se explica por sí misma.
A pasar de su éxito monetario, Pepe nunca ha perdido su convicción por ayudar a los demás: es amigo de los amigos.
No obstante, como suele ocurrir en estos casos, los políticos que en su momento don Pepe ayudó, ya no lo recuerdan, es solo una anécdota del pasado.
Hago eco de un buen samaritano, porque es indispensable, sobre todo en estos tiempos, impulsar la solidaridad, somos testigos de cómo la mezquindad hace gala de presencia, pocos tienen disposición de ayudar.
Hacer equipo y colaborar en el mismo, es un requisito indispensable para crear grupos políticos, nadie que crezca solo “para adentro”, puede llegar lejos en este oficio, bien dice Lucas 11:17: “una casa desunida jamás prosperará”.
Al igual que Pepe; hay que sembrar para el porvenir.

*Vivencias de Rafael “El Negro” Cruz, editadas por Javier Roldán

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