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La Iglesia y el dinosaurio se unen
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2016-06-14 - 09:11
Una y otra vez, vemos que los intereses particulares se anteponen a los intereses de la Nación en las grandes estructuras de poder en México. Los análisis dejan de ser serios para ser acomodados a las conveniencias del poderoso en turno aunque sean absurdos, todo con el fin de lograr ventajas particulares.

La explicación que se le ha dado a la derrota del PRI en las recientes elecciones trata de engañar a la sociedad, al ser utilizada por los dinosaurios del PRI para mantener sus privilegios, y por la iglesia que ha decidido darle la espalda al pueblo de México y a sus tribulaciones en defensa de sus privilegios o intereses particulares. Paso a explicarme.

Dentro del PRI se decidió una rebelión en contra del presidente Peña, para restarle poder en vista de la próxima sucesión presidencial. Los senadores encabezados por Francisco Labastida (Paca la vestida según Fox en su campaña presidencial) asignan como causa principal de la derrota de su partido político a las iniciativas presidenciales, tanto de incremento del porcentaje de mariguana que puede portar cada persona, y el uso medicinal de la misma, como a la reforma para legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo.

La Iglesia Católica se ha sumado alegremente a los senadores del PRI ¿O sería al revés) pues olvidando los verdaderos problemas que sufre México, quieren definir la agenda nacional acorde a sus propuestas ideológicas.

De los senadores del PRI, no me extraña que traten de desviar la atención para poder continuar con sus privilegios económicos, sus negocios sucios y sus intereses personales y de grupo, medrando en los presupuestos públicos. De la Iglesia si me extraña, pues a través de sus miles de sacerdotes saben que son tres los grandes flagelos de nuestra sociedad, mismos que no son mencionados ni atacados con toda la fuerza mediática que le han aplicado al ataque de la propuesta de matrimonio igualitario.

Todas las encuestas que se han realizado, -todas sin excepción- han demostrado que la opinión pública de México hizo perder al PRI (y lo hará con el resto de los partidos que no cumplan u atiendan estas necesidades) debido a tres flagelos que la lastiman: LA IMPUNIDAD, LA CORRUPCIÓN Y LA VIOLENCIA. Esos son los tres jinetes del apocalipsis que dañan y agravian a la sociedad mexicana. En cada caso en que se perdieron gubernaturas, no sólo por parte del PRI sino también las que perdió el PAN, los ciudadanos expresaron en las urnas su rechazo a la impunidad, a la corrupción y a la violencia en la que viven sumidos día a día.

El distraer a la opinión pública con el combate al matrimonio igualitario es una reverenda tontería. Es dejar de lado los temas importantes, para usar algo que no le importa a más del 15% de la población como distractor de los verdaderos enemigos de la sociedad mexicana.

Los senadores del PRI están entusiasmados de olvidar las grandes reformas estructurales que se han llevado a cabo, ante el temor de que se aprueben leyes que combatan la corrupción e impunidad. Incluso desvían la atención de la terrible violencia que asola todo el territorio nacional. Se olvidan de que también en la cúpula del poder queda la huella de la corrupción con la casa blanca, Malinalco y muchas otras ofensas al pueblo de México. Y lo peor, es que la Iglesia que debería de ser la conciencia nacional, hace exactamente lo mismo. Para la iglesia es más importante evitar que dos personas del mismo sexo tengan derechos similares a aquéllos que se casan por los ritos religiosos y eso que vivimos en un país LAICO dónde la iglesia y el estado están separados.

La reflexión anterior me hace pensar que incluso la Iglesia o para decirlo mejor, sus jerarcas y líderes se ven beneficiados por la corrupción e impunidad que reinan en el país, y por ello defienden el status quo a pesar de los gritos claros de reclamo nacional recientemente expresados en las urnas. Respecto de la violencia, la Iglesia esporádicamente ha expresado su rechazo, sin embargo, jamás lo han hecho con tanta fuerza y estridencia como en el caso del matrimonio igualitario o el uso de la mariguana con fines medicinales. Esto a su vez implica que para la Iglesia o quienes en ella tienen voz ante la opinión pública, los temas centrales de los mexicanos no son los temas centrales de su agenda, y con ello hay un verdadero divorcio, una separación entre los intereses de la iglesia y los intereses de sus feligreses.

Tanto el PRI como la Iglesia tienen mucho que perder al olvidarse de lo que la población quiere. Los sectores más amplios de la población poco a poco son más pensantes, más analíticos, más exigentes, y conforme observan que quienes los gobiernan (en este caso los gobernadores de los estados que sufrieron la debacle electoral) no cumplen sus expectativas, toman la decisión del cambio. La Iglesia al traicionar a quienes la integran (recordemos que Iglesia no es la alta jerarquía eclesiástica, sino la suma de todos los fieles que la integran) se traiciona a sí misma y aleja de sus filas a muchos y muchas almas con otro tipo de intereses, como libertad, igualdad, amor al prójimo, respeto a los derechos de los demás, etc. Esos valores que la iglesia en los hechos rechaza y ataca con tanta vehemencia. Recordemos que una Iglesia sin valores, deja de ser útil a la sociedad.

Así, podemos concluir que la Iglesia y los dinosaurios del PRI y del resto de los partidos políticos se van a unir, -como ya lo hicieron-, con el fin de distraer a la opinión pública, en lugar de combatir ese cáncer social en que se ha convertido la corrupción en México, que nace de la absoluta impunidad generada por la nula aplicación de la ley que a su vez promueve y estimula el crecimiento de la violencia en el territorio nacional.

www.josecobian.blogspot.com Miguelcobian@gmail.com @jmcmex

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