“Nadie ama a su patria porque ella sea grande, sino porque es suya”
Séneca
2016-06-13 - 08:51
Una de las características del sistema político mexicano fue el predominio de un partido hegemónico después del proceso postrevolucionario, en marzo de 1929 se funda el Partido Nacional Revolucionario, en su inicio, partido único, compuesto por la diversidad de grupos políticos, entendió el principio de la diferencia y a partir de ella, edificó una gran fortaleza que duro más de medio siglo sosteniendo un régimen de gobierno, en 1946 cambia de nombre a Partido Revolucionario Institucional.
El partido político de oposición Partido Acción Nacional surgió tres años después en 1939 como una necesidad legitima del sistema de partidos. El PRI ganó cada elección presidencial hasta el año 2000.
Una escisión del PRI provocó el surgimiento de una corriente en la década de los años ochenta, denominada de izquierda, enero de 1988 se constituyó el Frente Democrático Nacional, un año después se convirtió en el Partido de la Revolución democrática PRD.
En el año 2000 el PAN alcanzó el poder sosteniéndolo únicamente un sexenio más, de 2000 a 2012. En 2012, el PRI regresa al poder y a partir de ese momento inicia un proceso en el que aumenta la competencia electoral, se consolida el sistema de partidos y el sistema electoral comienza a entretejer un sistema de instituciones que garanticen la competencia en el terrero de la democracia electoral.
Después de experimentar el fracaso de los candidatos independientes, se afirma que los partidos políticos son el medio para participar en la vida pública de México, aunque existen las figuras de las candidaturas independientes – como expresiones simbólicas de la democracia moderna- los partidos políticos son la vía efectiva para la participación; no obstante, deben reinventarse, reconstituirse y reconfigurarse.
Maurice Duverger sostenía que “el desarrollo de la democracia depende del sistema de partidos. La democracia es el pluralismo de los partidos”. Sin ninguna reticencia, se puede afirmar que México vive una democracia electoral más acabada que ha dado pauta a la alternancia política.
El Partido Acción Nacional después del proceso electoral del 5 de junio, lanza las campanas al vuelo, el Partido Revolucionario Institucional como el año 2000, busca, supone y hasta construye justificaciones, se especula, se afirma y se niega. No obstante, ocurre algo muy interesante que no debemos perder de vista, el PRI sigue siendo la fuerza política número uno en el país, sigue siendo el Partido en el gobierno, sigue siendo el Partido más grande de México. Lo que aconteció en los comicios recientes fue una muestra de la fuerza que engendra el PRI, fue “derrotado” con sus mismas armas. Puesto que, 8 de los 12 candidatos a gobernador postulados por el PAN, tiene pasado priista, 1) Miguel Ángel Yunes Linares, Veracruz, 2) José Rosas Aispuro, Durango, 3) Carlos Joaquín González, Quintana Roo, 4) José Antonio Estefan, Oaxaca, 5) Pedro de LeónMojarro, Zacatecas, 6) Francisco Xavier Berganza, Hidalgo, 7) Martín Heredia, Sinaloa y 8)José Antonio Gali Fayad, Puebla. De los cuales, cuatro de ellos, son gobernadores electos (Veracruz, Durango, Quintana Roo, Puebla) mientras que Panistas de cepa son (Chihuahua, Aguascalientes y Tlaxcala).
En otras palabras, el maestro es vencido con las mismas técnicas letales que enseño a sus discípulos” El PRI, fue vencido con la fortaleza que dio a sus discípulos, cuando militaba en sus filas, el PAN supone que la victoria es suya, en tanto llegan las próximas elecciones.
Lo que presenciamos, es la disputa del poder de las élites. México lo gobiernan las élites no los partidos. La democracia moderna, requiere de equilibrios, ahora que el PRI se ha convertido en oposición, tendrá una gran responsabilidad, porque también desde la oposición se gobierna.
El PRI tendrá que redefinir su posición ideológica deberá de dejar dar bandazos para evitar convertirse en un partido “Catch All” atrapa todo. Una realidad inobjetable, es que se ha movido como péndulo en busca de más adeptos, oscilando entre ideas de izquierda y derecha.
Dos reflexiones al margen del análisis, primero, la burocracia del gobierno federal está integrada en su mayoría en sus altos y mando medios por panistas-calderonistas, segundo, si Margarita Zavala es candidata a la Presidencia como una extensión del expresidente Calderón, se advierte un gran riesgos, una estrategia de guerra, como la de Troya.
Una reflexión a propósito del proceso electoral pasado es que la llave al éxito del PRI siempre ha sido la habilidad para mantener un sentido de balance y equilibrio de poder. Porque como diría un clásico “los muertos que vos matáis gozan de cabal salud”.
Independientemente del escenario nacional, cada contexto tiene sus propias explicaciones, es un error, establecer generalidad y no profundizar en las particularidades. Hablo del caso de Veracruz.
En la revisión de La ética Nicómaco de Aristóteles. –Uno de mis maestros de Filosofía Política Darin McNabb Costa- iniciaba su clase con lo siguiente: ¿Has oído hablar de la rueda de la fortuna?
Es un concepto del mundo greco-romano y medieval que expresa la naturaleza caprichosa del destino. En las imágenes de la rueda vemos personas situadas en diferentes partes. Si estás encima, todo va muy bien, pero con una vuelta de la rueda, mañana te encuentras hasta abajo y todo te va mal, y luego hay gente en los lados. Lo que determina tu posición en la rueda, y por tanto en la vida, no es tu esfuerzo o mérito sino el azar. La rueda pertenece a la diosa Fortuna y aquí la vemos a un lado dándole vueltas caprichosamente.
Eso es lo que viven los grupos agonizantes que detentaron el poder en Veracruz – más de una década- producto del azar, la circunstancia y no de la vocación de servicio, padecen el estrepitoso capricho del destino, cuando tenían el poder y todo iba muy bien, sintieron su perpetuidad. Sin embargo, una vuelta de la rueda, derrumbó la soberbia y la idolatría a las cabecillas de los grupos políticos que atraían a los grupos de cortesanos, cortesanas, aduladores, aduladoras, bufones y bufonas para sentir el éxtasis de ese mismo poder. Sedados por aquella máxima de pensar que “la proximidad al poder hace creer algunos que lo tiene” Ahora ¿Dónde están?
Lo que ocurrió en Veracruz, no fue otra cosa que un clivaje, un rompimiento en la tradición electoral como resultado de la desastrosa administración, el resultado no podría haber sido otro, la sociedad estaba severamente lastimada por la indolencia, la rapiña, el saqueo, la arbitraria, el desprecio por los asuntos públicos, la tendencia del voto no se dio de manera predefinida, el hartazgo se escondía en la intención del votante, el clivaje separó a los mismo de siempre contra una gran mayoría, fue la concentración del voto en una tendencia política que rompería con las formas más despreciables de hacer política, fue producto de la volatilidad y la esperanza de eliminar los vicios más rancios de la última década. Ha sido lo mejor que pudo haber pasado en términos estrictamente políticos, inicia un proceso de depuración, saneamiento, limpieza, depuración de cuadros que tenían secuestrado al partido que hicieron de él una plataforma para servirse. Hoy, abandonan el barco, como lo que son, además de cobardes, justificando la derrota.
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