24 de Abril de 2024
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Los demonios de Duarte
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2016-06-11 - 09:25
No debe estar tranquilo, seguramente ya sus demonios lo están atormentando sin dejarlo dormir y no es para menos.
Seis años de gobierno donde cualquier expresión es en su contra y cuyas acciones institucionales y personales han ido de torpeza en torpeza, lo deben mantener en absoluto estrés, desconfiando hasta de su propia sombra, solo cobijado y apapachado por su bien querido apagafuegos Alberto Silva “El Cisne”, en quien recae toda su confianza y a quien deberá seguir utilizando hasta que ya no pueda más- o hasta que Miguel Ángel Yunes cumpla su palabra- y entregue el poder y el mismo sea entregado pero a la justicia.
Sus miedos ya son notorios cuando un día pide reconciliación y al otro golpea y amenaza a su eterno rival, herencia de su jefe Herrera Beltrán, el tío Fide como cariñosamente le llamaban cuando estaba en la cumbre del poder. Ahora solo es Fidel a secas, el mal querido, el odiado, el nefasto de Veracruz para sus enemigos políticos.
El que aun manda en Palacio se desespera, ve moros con tranchete por todos lados, mira desesperado como se hunde el barco, como las ratas empiezan a abandonar la nave y finalmente como se está quedando solo.
El PRI nacional hace como que no lo ve y se esconde.
El presidente Peña y Osorio ni lo voltean a ver. Apesta y puede contagiar para generar más desgracias en otros estados.
Se lo advirtieron. “No te equivoques”, fue la sentencia de los Pinos y de Bucareli. No obedeció y tramo su propio juego aislando a Héctor. Ahí están los resultados.
Quedó solo y abandonado a su suerte, vaya ni los diputados federales se aparecen ahora. Le huyen, le dan la vuelta como comúnmente se dice. O ¿Dónde está Adolfo Mota, Jorge Carballo y Erick Lagos? que antes lo rodeaban, reían con él, aparecían comiendo a su lado, esperando ser los favorecidos.
Lo traicionaron y ahora no quieren ni que los relacionen con el desprestigio de un gobernador que abusó cotidianamente del poder para su beneficio y el de quienes se consideraban sus allegados y protegidos.
¿Y Regina Vázquez Saut y Tomás Ruiz González donde están?
Por ningún lado se escuchan sus voces defendiendo a su jefe, el que les dio poder, ni siquiera existen declaraciones en la prensa desmintiendo a quienes acusan al gobernador de enriquecimiento ilícito. ¿Acaso ya se les olvido todo lo que su jefe hizo por ellos o también los traicionó y los engañó?
Esto solo es el principio de la soledad que le espera al aun mandatario veracruzano.
La nave se irá vaciando de ratas y el capitán caerá solo, acaso acompañado por su Fiscal y por su principal gorila, Zurita Bermúdez a quienes ya les empiezan a armar expedientes por sus nefastas actuaciones por las desapariciones de muchísimas personas en el estado, por los abusos cometidos por la policía y por las venganzas políticas de que hicieron una práctica cotidiana.
¿O acaso olvidará Yunes Linares- y el mismísimo mandamás- la caña de pescar con que Duarte quería atraparlo vía Héctor? ¿O el trago amargo que pasó Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río cuando el gobernador mando agentes judiciales que estuvieron a punto de ingresar a su mansión para investigar sus supuestas riquezas?
O la propia intensión de Duarte de desaforar al hijo de Yunes Linares como una manera de venganza política.
Esos son parte de sus demonios, de la tormenta que ya se desata en su mente al saberse cerca del final.
Y ya con signos de locura, ¿olvidará el aun gobernador que ordenó la detención del senador Fernando Yunes en Coatzacoalcos en plena elección, mismo que para su muy mala suerte fue rescatado por la Procuraduría General de la República y liberado en las propias narices de sus agentes policiales?
Nada le ha salido bien y ahora solo atina a decir que lo injurian, que nada es cierto, que no hay desvíos, que nada de lo que se dice de él es verdad, que todo está maquilado en mentes torcidas que lo quieren perjudicar, vaya, que casi es un santo listo para beatificar.
¿Quien le cree ahora al gobernador? Solo él mismo y quien sabe ya a estas alturas.
Lo injurian los maestros golpeados por la policía, seguramente-para Duarte- con razón, por negarse a ser evaluados
Lo injurian los jubilados y pensionados que fueron atacados por sus policías y que según Flavino Ríos, nunca pasó.
Lo injurian las madres de los cientos de desaparecidos, entre ellas la madre a la que burlonamente no atendió.
Lo injurian los deportistas que llevan más de uno o dos años sin poder cobrar sus becas
Lo injurian los empresarios que hundidos en deudas no pueden cobrar por sus servicios al estado.
Vaya, lo injuria toda la sociedad que no lo comprende porque nada mal ha hecho en su gobierno según su blanca conciencia.
Para Duarte, sus demonios lo tienen acorralado en el rincón de su propio infierno, solitario y con las sombras de quienes ya lo traicionaron y en espera de quienes, de un momento a otro, le hundan la puñalada por la espalda para acabar de una vez y para siempre con un gobierno que jamás debió existir, encabezado por quien-para muchos- ha sido el peor gobernador en la historia de Veracruz.

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