El próximo encuentro de los candidatos partidistas e independientes en 13 entidades del país -12 de gobernadores- con los electores el próximo domingo, se ha dado casi sin exclusiones en medio de toda clase de denostaciones y descalificaciones a las que ya estamos habituados y que pueden hasta salvarse en aras de seguir la construcción de la cultura democrática.
Las encuestas de distinto orden marcan las tendencias del voto y los dirigentes de los organismos políticos saben en qué estados si las pueden y en cuáles de plano están lejos sus posibilidades de obtener el triunfo.
En ello importan los partidos principales y los satélites y por supuesto los candidatos, unos mejores que otros, llenos de expectativas y también de repeticiones y promesas sin par, por los cuales los electores habrán de votar.
Hay mayor atención en ciertas entidades, Tamaulipas y Veracruz a la cabeza, afectados ambos por una estela de corrupciones en las esferas públicas, una inseguridad galopante y condiciones de pobreza y marginación que poco se han logrado paliar de manera integral a pesar de los programas federales.
En el caso específico de Veracruz hay casi cinco millones de electores. Se estima que cuando menos la mitad podrá salir a las urnas de acuerdo con la escala relativamente de participación en las últimas jornadas.
El priista Héctor Yunes Landa pretende asegurar el voto tradicional del PRI que fluctúa entre 600 mil y 800 mil votos; sobre esta base espera votantes nuevos: mujeres y jóvenes. En eso ha empeñado su palabra y su campaña, en generar oportunidades a estos sectores. Este candidato ha dedicado parte de su tiempo electoral en neutralizar señalamientos de diverso orden del gobierno en curso, cuya actuación de impunidad le afecta, al igual que las voces que reclaman una transición del poder en el estado, por un lado; los embates de los otros candidatos, por otro. Y un factor más, una economía atribulada por la industria petrolera semiparalizada y de nueva cuenta la inseguridad.
El panista y perredista Miguel Ángel Yunes Linares tiene en favor una sociedad sorprendida de lo que ocurre en la administración gubernamental vigente; también ha trabajado fuerte en asegurar el voto seguro de los panistas y lo que se pueda rescatar de la izquierda perredista, es decir cuando menos de 800 mil votos también: arguye lucha anticorrupción, seguridad, empleo e impulso industrial. En contra de este candidato una vida pública controvertida por su pasado priista y su presente neopanista, y señalamientos de diverso orden de su vida privada.
El candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Cuitláhuac García, quien llegó a la diputación federal de rebote, tiene de su lado a muchos jóvenes y los separados de la división perredista. Intenta cuando menos 600 mil votos, lo cual será una base muy fuerte hacia las elecciones de 2018. Ve cómo se pelean los Yunes del PRI y del PAN y aprovecha los vacíos.
De los restantes cuatro candidatos, Juan Bueno a la cabeza como independiente, será difícil que remonten por carecer o de presencia y estructura o muy alejados de las realidades políticas del estado, saturadas de intereses.
Así que sean cuales fueren los resultados del domingo entrante, la pluralidad sigue su marcha y queda seguir en la democracia, esperemos que con gobernantes que simplemente cumplan con las leyes.
Atraque 1: La rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara, no encuentra mayor interlocución en el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, a quien en abierto le señala que incumple su palabra. Duarte de Ochoa insiste en que los subsidios de la Universidad se darán en la medida de la llegada de los recursos. El caso es que el mencionado adeudo de más de dos mil millones de pesos del gobierno a la Universidad, ni para atrás ni para adelante.
Atraque 2: A propósito de la Universidad, muchos funcionarios de alto grado académico y administrativo están de plano de diversificar los ingresos. Será difícil hacerlo mediante las cuotas estudiantiles, aunque sí buscarán respaldo de organismos privados y empresariales que le permitan a esa estructura burocrática cumplir sus fines.