25 de Abril de 2024
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La FILU 2016, festín intelectual
“Cuando oramos hablamos con Dios, pero cuando leemos es Dios quien habla con nosotros”. San Agustín
2016-04-30 - 09:02
Es “peligroso” para mí acudir al Complejo Deportivo Omega en estos momentos en que se lleva al cabo la XXIII Feria Internacional del Libro Universitario (FILU), porque pierdo la cordura y soy capaz de quedarme sin comer por adquirir libros. La variedad y precios que se encuentran en este magno evento ha hecho que los dos días que he estado me viese obligado a tomar taxi al salir por ir cargado de mi mochila-portafolios y una bolsa de plástico aparte llenos de volúmenes de obras literarias. Grandes obras de la literatura universal editadas por la Universidad Veracruzana (UV) ¡a tres por 100 pesos!; un Pequeño Larousse Ilustrado 2015 nuevo, que normalmente cuesta casi 1000 pesos ¡a 149!, y así. El segundo día me había prometido a mí mismo que sólo iría a pasear, pues ya tengo libros para leer en por lo menos dos años pero, por supuesto, no lo cumplí. Pienso asistir el domingo de clausura; a ver cómo me va.
La FILU constituye también el punto geográfico temporal donde experimento el gran placer de verme rodeado de personas que aman y se apasionan por los libros tanto como yo; algo que no sucede en la cotidianidad en la que me desenvuelvo.
Están también las presentaciones de libros de reciente publicación; novelas, colecciones de cuentos, antologías poéticas, libros sobre psicología, y diversos temas más como cocina veracruzana, científicos, etc.
En cuanto a las conferencias en las que se toca el tema político he de poner mi primer “pero” – he de decirlo -, que no son muy de mi agrado porque invariablemente tienden a la izquierda. Pero en fin…

***
“Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él.”
Nicolás de Avellaneda
En una entrega anterior (16/04/16), mencionaba la novela “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury, en la que el escritor estadounidense plantea una distopía en el futuro en la que el sistema de gobierno prohíbe los libros, e irónicamente son los bomberos los que se dedican a quemarlos. Los que los poseen son perseguidos y encarcelados, cuando no quemados junto con ellos y sus casas. La intención de ese hipotético gobierno es que la gente sea “feliz” y reciba toda la información por medio de la televisión. La lectura hace pensar; el leer desarrolla la imaginación y eso no se puede permitir.
Pero en esa obra de ficción se deja entrever que la gente ya había desechado los libros, ya había dejado la lectura por voluntad propia, aun antes de la prohibición.
La novela es una parodia de algo que realmente está ocurriendo: que la gente está abandonando la lectura cada vez más, y se está dejando influir progresivamente por los mensajes audiovisuales del televisor.
Con la aparición del internet han surgido algunas voces catastrofistas que profetizan la extinción del libro impreso. Yo no lo creo así, ni lo deseo. Todavía hay un buen número, a pesar de todo, a los que nos gusta contemplar nuestra biblioteca, sea grande o pequeña, organizada o desorganizada, vivir entre libros pues; acariciarlos, recorrer las páginas con los dedos, oler el papel viejo o nuevo; leer en el campo, en el parque a la sombra de los árboles, en el inodoro…
Dice el mismo Ray Bradbury que el 99% de todo lo que hay en nuestro mundo, espiritual y material, lo podemos conocer únicamente por medio de los libros; porque lo que podemos conocer por propia experiencia es mínimo; pudiese ser que aun ese 1% sea una cifra exagerada. Por medio de los libros podemos “viajar” y conocer todos los países; su geografía, sus costumbres, su gastronomía, su historia… Porque, por ejemplo, si puedo jactarme de conocer algo de la historia de Francia es simplemente por haber leído las novelas históricas de Alejandro Dumas y Víctor Hugo. Por medio de la literatura podemos adentrarnos también en las regiones más recónditas del pensamiento de hombres de diferentes filosofías, ideologías, creencias religiosas o irreligiosas.
El doctor Manuel García Morente narra una anécdota del gran filósofo alemán Emanuel Kant. A su cátedra asistió en una ocasión un joven viajero inglés porque le habían dicho que en la Universidad de Königsberg había un profesor extraordinario.
Ese día el autor de “Crítica de la razón pura” estaba explicando geografía física y le correspondía en esa lección describir el curso del río Támesis. El filósofo detalló minuciosamente las aldeas y pueblos por los que pasa dicho río, todos los cultivos y monumentos, con tal precisión, que al final de la clase el joven inglés le dijo que tendría mucho gusto en recibirlo si alguna vez volvía a ir a Inglaterra… Emanuel Kant nunca salió de su pequeña ciudad Königsberg en toda su vida. Por medio de los libros conocía más de la Gran Bretaña que aquel joven viajero inglés.
Escuchamos en promocionales de televisión: “Lee 20 minutos al día”… Pues por las condiciones en que se encuentra nuestro país en cuanto a lectura, sería ganancia que se cumpliera entre el pueblo esa meta, pero, la verdad, 20 minutos es ridículo; ni siquiera consideraron al público en general capaz de leer media hora en un día. Pero, repito, los 20 minutos constituyen algo realista considerando “todo” lo que leen los mexicanos en general.
Sin embargo, tal vez debiéramos pensar lo que se ha sostenido hasta la saciedad desde hace milenios: que lo bueno del mal es que nos permite diferenciar y apreciar el bien. Y a momentos, cuando me desanimo por la esterilidad de los intentos de hacer interesarse a todos por la cultura, me pregunto si no es mejor dejarlos en su voluntaria incultura y jactarme y ensoberbecerme de ser uno de los privilegiados, de los elegidos que aman, se apasionan y hasta se desviven por los libros y la literatura.
Pues ahí está la FILU 2016 que este año tiene como país invitado a Francia, como verdadero festín intelectual para todos esos privilegiados y elegidos. Para salir cargados, de acuerdo a nuestra actual disponibilidad de dinero, con libros y más libros de diferentes temas y contenidos. Para compaginar la lectura secular con la del libro de libros, la santa Biblia.
Y hasta el próximo sábado, si Dios lo permite.
raulgm42@hotmail.com

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