“Prometer no empobrece, dar es lo que aniquila” reza la frase popular que se acomoda muy bien en tiempos de campaña para quienes aspiran a un cargo de elección popular.
Político que inicia una campaña, político que promete, que engaña, que miente y que embauca a sus posibles electores.
La sociedad, el pueblo, los viejos y los jóvenes lo saben. Se ha vuelto ya tradicional y parte del folclor político del país.
Se hace de manera cínica, ya sin importar el qué dirán, el compromiso, su ética ni sus repercusiones. El caso es prometer para convencer o para aparentar ser el que si puede llevar a cabo tal o cual obra o acción.
En tiempos electorales las promesas de los candidatos son tantas que abruman, desconciertan, emocionan y hasta hacen reír.
Muchos prometen cosas irrealizables, otros prometen cosas ridículas y algunos, solo algunos, incluyen acciones que realmente podrán cumplir.
La táctica es prometer hasta el cansancio, que se la crean los votantes aunque no se cumpla, total, ya en el cargo, nadie exige, nadie se le planta al funcionario para hacer que haga lo que prometió y si uno, solo uno se atreve a recordarle sus promesas, ya habrá manera de acallarlo, de comprarlo. Así es la política y sus políticos de ayer y de hoy. No cambian, no evolucionan, son todos iguales, solo basta escucharlos, a los que aspiran a la gubernatura y a los que van a iniciar campaña para diputados locales.
¿Qué prometen? , Mas de 91 mil empleos anuales para Veracruz, acabar con el crimen organizado, con los secuestros y las desapariciones (¿tendrán una varita magina o van a pactar con los narcos), que haya medicinas en los hospitales, una Fuerza Especial Antisecuestros?) (¿Qué no Duarte ya la creó desde hace años?), alta tecnología satelital, uso de drones y demás para combatir los delitos y apoyos al campo.
Mas carreteras, útiles escolares a todos los niños del nivel básico y sus uniformes (¿se imaginan el dineral que se necesita para hacer esto?), primer empleo para egresados de las universidades (¿Dónde los pensarán enviar? ¿Tendrán pensado hacer uso de los papelitos que a diario aparecen pegados en las casetas telefónicas donde ofrecen empleos dudosos con sueldos regulares?), créditos para las mujeres a fin de que pongan tienditas, negocitos de antojitos y chucherías, créditos para viviendas a todos los que no tengan casa propia (¿y cómo la van a pagar si no tienen empleo?).
Todos, absolutamente todos, prometen que pagarán a tiempo las pensiones a los jubilados y las deudas a la Universidad veracruzana serán cosa del pasado si ganan las elecciones y ¿de dónde obtendrán los recursos? , solo que logren que los funcionarios fidelistas y duartistas regresen todo lo que pertenece a las arcas gubernamentales, de otra manera será muy difícil cumplir.
Claro, “prometer no empobrece, dar es lo que aniquila” ¿o no Señores candidatos?
Los empresarios recibirán sus pagos a tiempo y serán los veracruzanos quienes sean contratados para la obra pública en el estado, los estudiantes y deportistas recibirán sus becas y apoyos. No habrá más rezagos ni atrasos, esa es la promesa.
La corrupción será atacada de raíz y los corruptos irán a la cárcel y tendrán que devolver lo robado, consigna si no de todos, si de los más empeñados en ganar adeptos. ¿Realmente lo harán o sucederá lo de Nuevo León con el Bronco que amenazó con meter a la cárcel al ex gobernador y no hizo nada?
Como la canción de Daniela Romo, “promesas y promesas y luego mas promesas y nada”, así son los candidatos en campaña que ya logrado su objetivo jamás regresan con sus electores e incumplen su palabra.
¿O alguien por ejemplo ha visto en sus colonias a Uriel Flores, Carlos Aceves Amezcua, Ricardo Ahued o Cinthya Lobato, por mencionar solo algunos, después de sus campañas políticas? Jamás se vuelven a aparecer y jamás cumplieron su palabra, salvo en algunas excepciones claro está.
Los candidatos a gobernador seguirán abriendo la boca, harán más promesas incumplibles, vomitarán enormes cantidades de mentiras y el pueblo hará lo mismo de siempre: escuchar, votar y volver a recoger la basura de políticos corruptos que solo se aprovechan de la gente para cumplir sus sueños de poder y de riquezas.
¿Hasta cuándo Héctor Yunes? ¿Cuánto tiempo más, Miguel Ángel Yunes Linares?, ¿Qué al respecto Juan Bueno Torio?, ¿Y tú qué dices Alejandro Vázquez?-no Pipo-, eso suena ridículo para un aspirante.
YAlba Leonila, Cuitláhuac y Méndez de la Luz, ¿hasta dónde llegarán en su afán por ganar?
Hasta ahora han sido los más mesurados, los que menos prometen, los que se miden, cuando menos al hablar, al ofrecer cosas que quizá no puedan cumplir.
Alba Leonila lo ha dicho, primero es reestructurar las finanzas porque no hay dinero y después trabajar y cumplir.
Cuitláhuac está empeñado en lo mismo de Obrador, bajar los sueldos y ahorrar así recursos para obras. Ya hasta habla como el peje, con el mismo tono y con las mismas propuestas.
Méndez de la Luz se oye sereno pero concreto en sus proyectos, no ataca, propone. Parece el más serio, el que podría ser el mejor si no fuera por el partido que lo propone. Al menos así lo comentan en los corrillos políticos.
Y a partir del 3 de mayo comienzan las campañas de diputados y habrá más promesas, más mentiras y más desilusiones.
Esa es la triste realidad de nuestro folclor veracruzano.
Ni modo, el pueblo tendrá que aguantar más semanas de promoción de candidatos en prensa, radio, televisión y paredes por doquier pintarrajeadas de colores de partidos con sus nombres y las eternas promesas recicladas.