> En Veracruz la corrupción nunca paró

Nuevo León es el estado líder en productividad, educación, innovación y en cultura empresarial. Durante algunos años estuvo bajo el poder del crimen organizado, hasta que los empresarios pusieron un ultimátum (y dinero) para acabar con el deterioro en la seguridad pública. Salieron del problema. Pronto resolverán otro.
Hoy arranca una nueva etapa de innovación: un Gobierno sin partido. Jaime Rodríguez, “El Bronco”, entendió que los partidos se habían convertido en un freno, en una barrera entre los ciudadanos y los gobiernos. En Monterrey, Margarita Arellanes del PAN gobierna mal, con corrupción. En el estado Rodrigo Medina endeuda sin límites a la entidad (100 mil millones de pesos) y su familia muestra un enriquecimiento abultado e inexplicable, empezando por su papá. Además tira dinero en las televisoras como si fueran su ejército personal. La gente se da cuenta a través de medios independientes como El Norte y las redes sociales. Hay rabia en la población y el resultado es el que ya conocemos: PRI y PAN juntos obtienen menos votos que el candidato independiente.
Jaime Rodríguez no tendrá intermediarios ni compromisos. Lo más probable es que encuentre toneladas de basura y corrupción por todas partes. Cuando un gobernante pierde el piso y se dedica a robar, es muy difícil que se esconda la rapacidad. “El Bronco” podría reunir a los constructores y a los proveedores más importantes y peguntarles en corto: ¿qué porcentaje pagaron por la obra?, ¿cuánto por las compras? A quien diga la verdad podrá seguir licitando, a quien no lo haga será investigado en cada uno de sus contratos. Hay una grabación donde Humberto Medina, papá del ex Gobernador, exige a un funcionario de la Tesorería que entregue contratos a sus “afectos”. Corrupción pura y dura. El burócrata puede soltar todo. Un buen Procurador no tardará en dar con los desvíos, las compras infladas, las facturas apócrifas y las licitaciones a modo y con sobreprecio. Hay un solo responsable: Rodrigo Medina.
Bien dijo el Gobernador entrante: no queremos cobrar venganza pero tenemos sed de justicia. En Coahuila, Humberto Moreira fue protegido por su hermano; en Guanajuato, Juan Manuel Oliva fue resguardado por su partido. En Veracruz la corrupción nunca paró, en Sonora la gobernadora del PRI, Claudia Pavlovich, promete justicia ante la corrupción del ex gobernador del PAN, Guillermo Padrés.
Seguro que “El Bronco” no dejará cajón sin abrir ni piedra sin levantar. En el último tramo de Gobierno, Rodrigo Medina favorece a empresas filiales a la TV con contratos de 500 millones. Pierde la vergüenza y el decoro.
Cuando hay tanta corrupción, como la hubo en Nuevo León, como la hubo en el sexenio pasado en Guanajuato, como la hubo en el Municipio de León en el trienio que acaba, es imposible ocultarlo. Se necesita la complicidad de los sucesores, la complicidad de los diputados y de los partidos. En buena parte se necesita la complicidad de la sociedad.
En Nuevo León decidieron cambiar y sacarán los esqueletos de todos los armarios.
¿Qué pasará en León? ¿Se harán de la vista gorda por segunda ocasión?


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