“El valor, al igual que el amor, necesita alimentarse de esperanza”
Napoleón


Tras la lamentable y lastimosa ejecución de cuatro personas en la colonia Narvarte de la Ciudad de México el pasado fin de semana, entre ellas la del fotoperiodista Rubén Espinosa, quien como se ha documentado, se abría aplicado un autoexilio, ante el temor e intimidación de la que fue objeto y la cual con su muerte se confirma, nos hizo revisar la prensa nacional, pero especialmente la internacional.
Tras su muerte, se desató una movilización informativa en redes sociales que pesan como lápidas a la administración del presidente Enrique Peña Nieto, pero sobre todo, sobre la del gobernador de Veracruz, Javier Duarte, según consignan sobre lo que ya se comienza a calificar como posibles delitos de lesa humanidad, tras la muerte de al menos 15 periodistas en la entidad o relacionados con ella.
Sin olvidar que es un crimen acabar con la vida de una persona, este escenario de crispación entre el medio, tras la pérdida de otro hermano de profesión, nos debe llevar al verdadero análisis de fondo, ¿qué es lo que pasa en México?, ¿realmente los políticos tienen una tolerancia cero a la crítica? O ¿existe un fenómeno social detrás de esto, que aun no queremos aceptar?
La impunidad, es un fenómeno social que se quedó en México convirtiéndose en un mal endémico, ¿que llegó para quedarse?
La realidad pareciera que sí.
El pasado 20 de abril, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de acuerdo con el Índice Global de Impunidad 2015 (IGI 2015) aseguraba que México se ubicaba en el segundo lugar como el país más corrupto en un ranking de 59 países que conforman el estudio.
Al respecto, el ex secretario de Relaciones Exteriores de nuestro país y ahora rector de la Universidad de las Américas de Puebla (UDLAP), Luis Ernesto Derbez Bautista afirmaban que “la corrupción es el resultado de impunidad. La razón por la cual la gente tiende a que la corrupción vaya en aumento, es porque se dan cuenta que la funcionalidad del sistema, la estructura del sistema de gobierno está creando condiciones que les permiten salir impunes”.
Este tema no es menor, la impunidad ha comenzado a rayar en un mal endémico, que urge ser atendido.
Tan solo el pasado 16 de julio, el senador priista José Francisco Yunes Zorrilla advertía que si el gobierno estatal no resolvía los crímenes contra periodistas podría generar responsabilidad ante cortes internacionales de Derechos Humanos.
Cuestionado respecto a este tema con comunicadores críticos al actuar del gobierno estatal el también aspirante al gobierno de Veracruz señalaba que "en el caso particular de los periodistas asesinados es un tema que seguramente estará en algún momento en las cortes internacionales, como lo estuvo Acteal, son prefiguraciones atemporales que no prescriben y que seguramente perseguirán a los que por acción o por omisión tengan responsabilidad en un tema que puede ser de lesa humanidad".
Hoy ya son al menos 15 los comunicadores los que han perdido la vida, ¿Cuántas personas más harán falta en nuestro Veracruz y en nuestro México para acabar con la impunidad? Que a todas luces se ha convertido en un mal endémico que pareciera llegó para quedarse.
Confiamos en que este fenómeno, no se nos convierta en un mal simbiótico, en donde, la constante repetición de hechos nos nuble del valor moral de una sana sociedad, en donde la impunidad no debiera proliferar como algo normal.
Al tiempo.
astrolabiopoliticomx@gmail.com
Twitter: @LuisBaqueiro_mx

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