Decía don Ramón, mi padre, un viejo autodidacta, que “más vale una pinta que diez coloradas”.
Viene a cuento por el gasto realizado por el senador Héctor Yunes Landa en el marco de su tercer informe de labores en el WTC de Boca del Río en donde lució una moderna escenografía que a dos que tres ha escandalizado.
Así, más rápido que aprisa el legislador salió al paso de sus críticos -como debe de ser- señalando que “cada quien hace con su dinero lo que quiere”.
Héctor Yunes Landa colocado en la percepción ciudadana como el favorito para la candidatura de dos años, ha mostrado que no tiene pelos en la lengua. Que lo que siente lo dice y a quien lo critica lo encara. Un estilo bronco que sin duda le gana enemigos o le suma aliados.
El pasado domingo en el marco de un claro deslinde del gobernador Javier Duarte, se suma su oportuna aclaración de que los gastos del informe de actividades que rindió el fin de semana pasado salieron de su bolsillo, sobre lo cual ironizó que con su dinero hace lo que quiere:
"Yo puedo gastarme mi dinero porque cada quien hace con su dinero lo que quiere (…)".
Entrevistado en “La Parroquia” del centro de la ciudad, aseguró que los gastos generados por este evento son menores y fueron absorbidos por su persona y por algunos empresarios que le brindaron su apoyo, su hermano incluido.
No obstante, aseguró que hasta el momento no tiene conocimiento de alguna denuncia en su contra por el supuesto uso de recursos públicos para la realización del informe que se hizo en el World Trade Center de Boca del Río.
Yunes Landa se dijo respetuoso de la ley pero consideró que los ataques en su contra serán cada vez más evidentes y fuertes debido a su aspiración a la candidatura a la gubernatura del estado, cuya elección se realizará el próximo año.
"Respeto la ley. No hay falta y tampoco tengo una denuncia formal pero si las traen, bienvenidas porque son parte del juego. Cada vez me van a pegar más de aquí a lo que viene. Estoy acostumbrado a eso. Mientras más crezca en las encuestas más les va a doler. No me van a bajar a mí".
El “No me van a bajar a mí”, tiene un claro mensaje para la Fidelidad acostumbrada a no rendir respeto a la palabra y jugar a la política al estilo de la “Chimoltrufia” en donde lo mismo dicen una cosa que otra.
El Senador ha rechazado también que haya una violación al Reglamento Urbano por instalar promocionales suyos en inmobiliario urbano, pues dijo que estas acusaciones se hacen para atacarlo pues no se violentó la ley en ningún momento.
"No hay violaciones. Que no les extrañe que me peguen por eso o por otros casos. Hablan de gastos de mi informe y es obvio que sí hay gastos, pero el costo es muy menor. Lo más importante es que no hay un peso público en ello, lo que hago lo hago con mi sueldo”.
Hoy que el aparato de poder aldeano le da cuerda a Héctor corre el riesgo de despertar el primero de diciembre del año próximo con que Héctor Yunes Landa jamás permitió alianzas vergonzantes, que jamás se pactó impunidad y que, como dice el propio Héctor, cuando sea gobernador vendrá el “vómito negro”.
El horizonte de la Fidelidad pues no es tan promisorio.
La visita del presidente este jueves habrá de despejar muchas, pero muchas dudas ya que el centro decide.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo
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