27 de Abril de 2024
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Derecha e izquierda
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2015-07-11 - 09:24
“… y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo… Entonces dirá también a los de su izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.”
Mateo 25: 32-34, 41
Resulta un tanto ambiguo utilizar los términos “derecha” o “izquierda” aplicados a la política. ¿Pero existe una definición que pudiese marcar la diferencia más o menos específica entre las dos posturas ideológicas identificadas por esos términos? ¿Es realmente uno de esos polos malo y el otro bueno? ¿O cada uno abarca elementos buenos y malos a la vez?
Hoy en día muchos expresan con bombo y platillo que son de izquierda. Hay partidos, agrupaciones y demás que lo difunden a los cuatro vientos y que no dudan en dejarlo bien claro haciendo el saludo con el puño izquierdo levantado. Así vemos que surgen agrupaciones con nombres como “Izquierda Unida”, “Nueva Izquierda”, etc.
Contrastando con esto también observamos que quienes no son de izquierda, no se atreven a decir que son de derecha, ¿por qué? ¿Han caído en el juego de sus adversarios que consideran a la izquierda buena y a la derecha mala? Y como soy de los pocos que sí dice sin ambages que soy de derecha, ahí van mis razones.
Según los historiadores los términos derecha e izquierda aplicados a la política aparecieron por primera vez en la Revolución francesa, cuando en la asamblea nacional de agosto-septiembre de 1789, los diputados partidarios del veto real (aristócratas y clérigos) se sentaron a la derecha del presidente de la asamblea. Y los que se oponían a ese veto se sentaron a su izquierda.
El Terror (verdadero terror y no sólo un nombre) desencadenado por el “Club de los jacobinos” (izquierdistas) encabezado y ejemplificado principalmente por el sanguinario Robespierre, dio al traste con las supuestas buenas intenciones de los revolucionarios, ya empezados a llamar izquierdistas.
Aunque algunos consideran que más específicamente, el verdadero nacimiento de la izquierda y la derecha en política se dio en el periodo de la Restauración, con los realistas, los contrarrevolucionarios y la mayoría de los franceses que habían visto con terror el Terror revolucionario, a la derecha, y los llamados liberales y partidarios de una monarquía constitucional a la izquierda. Más o menos en medio, los constitucionalistas y los independientes. De alguna manera también quedó “atrapado” en el centro el que al inicio de la Revolución era comandante de artillería y luego sería emperador, Napoleón I, pues los jacobinos lo acusaron de contrarrevolucionario pues combatió el Terror, y los borbones y sus partidarios lo acusaban de ser el representante de la Revolución (Merejkovsky, Dimitri, “Vida de Napoleón”, Espasa-Calpe).
Pues bien, a través del tiempo la dicotomía derecha-izquierda se ha ido extendiendo por todo el mundo hasta quedar de manera general, en nuestros tiempos, con la izquierda siendo partidaria de una intervención progresiva del estado en la economía, principalmente, pero también en todos los demás asuntos de los países, llegando a extremos como lo fueron la Unión Soviética y sus países satélites de Europa oriental, la China de Mao, y las reminiscencias de esas tiranías como son actualmente la Cuba de los Castro, la Norcorea de Kim Jong Un y algunos émulos vergonzantes como Chávez y Maduro en Venezuela.
“No quiero que se me mezcle con estos predicadores de la igualdad. Porque la justicia me dice: ‘Los hombres no son iguales’”, dice Nietzsche con su certero punzón literario. Y es que ya adentrándonos en el aspecto psicológico de la cuestión, la izquierda sustrae todo mérito o responsabilidad del individuo para atribuírselo al estado. Así, se pierde la noción de que gran parte de la pobreza de los países en los que prevalece un sistema económico de libre mercado, se debe a malos hábitos de cada uno de los individuos que la padecen, y no precisamente a malas políticas del gobierno. El hecho de que bajo un mismo régimen unos salgan adelante y otros se quedan rezagados comprueba lo anterior. Irónicamente, es en los regímenes de corte marxista donde el gobierno sí es el responsable total de la pobreza, porque no permite descollar a los individuos que por su carácter merecerían estar arriba como líderes, hombres de negocios, etc.
Existe la versión un tanto esotérica de que la utilización de los términos derecha e izquierda en política tiene un origen más profundo, trascendental. En el simbolismo cristiano la derecha representa el bien y la izquierda el mal. Así, en el Evangelio Cristo coloca a los santos a su derecha, y a los condenados a su izquierda (Mt. 25: 32-34, 41). A partir de la resurrección, nuestro Señor Jesucristo está sentado “a la derecha del Padre” (Mr. 16: 19, Mt. 26: 64). Aunque esta versión parecería confirmarse por el ateísmo rampante y casi generalizado de los izquierdistas, y por sus posturas en algunas cuestiones como su afán obsesivo por legalizar el asesinato de bebés en los vientres de sus madres mediante el aborto inducido, la legalización de la eutanasia y la legalización de uniones antinaturales.
Aún en la tradición artística cristiana, en la última cena se coloca al discípulo más fiel del Señor (Juan) inmediatamente a su derecha, y al traidor a su izquierda.
El engaño radica en que la izquierda utiliza el discurso de los pobres (como Judas en Juan 12: 5) para sus fines políticos, por lo que mucha gente de buena fe se deja embaucar.
Por cierto (relacionado con el tema) que al estar escribiendo el presente me entero de que un jugador de la selección cubana de fútbol, que participa en la Copa de Oro que se celebra en Estados Unidos, decidió abandonar el paraíso comunista de los Castro (como tantos otros que arriesgan su vida por ello), y pidió asilo en el país que por excelencia es el representante del malvadísimo capitalismo. ¿Por qué será? Ahí se los dejo.
Y hasta el próximo sábado, si Dios lo permite.

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