La realidad en Veracruz es una sola por mucho que les reviente el hígado a unos cuantos: Javier Duarte de Ochoa como gobernador está fortalecido.

Mejor dicho, nunca fue débil, pues con todo y vientos adversos se mantiene más fuerte que nunca en la silla de palacio de gobierno.

Y, por añadidura, sigue ganando batallas, digan lo que se diga.

Uno. La última gran batalla la ganó Duarte el jueves pasado cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) avaló la gubernatura de 2 años para el periodo 2016-2018.

Dos. En el Congreso local, en el mes de diciembre de 2014, interpuso la iniciativa de ley para dicha gubernatura y logró que 45 de los 50 diputados locales la aprobaran.

Tres. Los senadores priistas, Pepe Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa sostenían que en el altiplano pensaban de forma diferente y la gubernatura de 2 años sería rechazada; pero bastó que el presidente Enrique Peña Nieto asistiera a la Cumbre Iberoamericana y le aprobara a Duarte dicha iniciativa.

Cuatro. El pasado domingo 7 de junio, el PRI de Javier Duarte ganó 16 de los 21 distritos electorales con diputados federales priistas y de su aliado el PVEM, ante el triunfalista pronóstico del CDE del PAN de que ellos ganarían 11 distritos.

Cinco. Con todo el fuego incendiario de Yunes Linares y del PAN hacia su persona y su gobierno, nada ha pasado ni trascendido, con vientos favorables de que las cosas habrían vuelto a su cauce y es más, que en realidad nunca se hubieran movido realmente.

Seis. Hay denuncias mediáticas del CEN del PAN por "presuntas" irregularidades de los fondos federales, y sin embargo, ahí han quedado en los medios a los que están tan acostumbrados los Panistas, sin que hubiera prosperado ni una sola acusación.

Siete. El senador Héctor Yunes Landa andaba suelto como chivo en cristalería rajando tablas por todos lados, y de pronto, ahora vive una luna de miel política con el gobierno de Veracruz, a tal grado que en el imaginario colectivo, existe la percepción de que es el candidato del gobernador a la de 2 años.

Ocho. En tales circunstancias, el senador Pepe Yunes Zorrilla sigue con su discurso crítico, y no obstante, nada de su perorata trasciende en hechos concretos y específicos, y lo peor, pareciera que de pronto Yunes Zorrilla se ha quedado solito solito clamando en el desierto.

Nueve. Fidel Herrera operó con todo para Carolina Gudiño y perdió la curul. Pero, al mismo tiempo, el objetivo superior fue alcanzado: Fidel distrajo en su parcela a Miguel Ángel Yunes Linares para que así se concentrara en el distrito de Boca del Río, desatendiendo el resto de los 20 distritos que le arrebató Duarte. Tal cual, el PRI pudo abrirse paso en el mayor número de curules con una sencilla estrategia de distracción.

Diez. Si la Suprema Corte de Justicia rechazó los amparos contra la mini gubernatura significa que Javier Duarte tiene una muy buena operación política en y con el altiplano, a tal grado que nadie dudaría de que ejercerá el derecho de voto y de veto a la hora cuando el presidente de la república pronuncie las últimas palabras, llamadas también las palabras mayores con el nombre del candidato priista a gobernador.