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EMPRESARIOS PLURALES
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2015-05-14 - 09:40
Luego de que hace tres semanas el empresario Manuel Fernández Ávila se reuniera con un grupo de amigos en un céntrico café xalapeño con el ex dirigente estatal de la CNC, Constantino Aguilar, candidato del PRD y PT a la diputación federal por el octavo distrito electoral (Xalapa rural), el abanderado del PRI Adolfo Mota Hernández propició a su vez un encuentro con miembros de la iniciativa privada convocados por Justo Fernández Ávila, hermano del ex diputado local y ex alcalde priista capitalino, el cual organizó a principios de este mes una comida en un hotel de Coatepec, propiedad de su familia.

Según cuentan, Mota Hernández llegó sin acompañantes a la reunión privada con los empresarios porque suponía que el evento era exclusivo para él. Sin embargo, la cara del ex secretario de Educación de Veracruz se descompuso al observar que en la mesa principal estaba cómodamente sentado también Marcos Salas Contreras, quien en 2006 ya ganó este distrito electoral federal postulado por el PAN y ahora compite por el mismo cargo de representación popular pero por el partido Movimiento Ciudadano.

Salas Contreras asistió porque es un constructor muy allegado al grupo de empresarios invitados por Justo Fernández. Pero a diferencia de Mota, el candidato del partido naranja no había llegado solo sino arropado con media docena de acompañantes.

Sin embargo, unos cuantos minutos después de su arribo, el ex titular de la SEV y ex dirigente estatal del PRI volvió a hacer otro entripado cuando apareció también en escena la joven candidata del PRD a la diputación por el vecino distrito de Coatepec, Aranzazú Alcántara Mora.

Por eso, a la semana siguiente, Mota Hernández publicitó otra reunión privada con empresarios pero ahora convocados por don Antonio Chedraui Obeso, cuñado de Manolo Fernández Ávila y copropietario de la cadena de tiendas de supermercado que llevan su apellido paterno. Sólo que en esta ocasión, el abanderado priista se cercioró personalmente de que su anfitrión no invitara a otro candidato de la oposición, ni de Xalapa ni de Coatepec, ciudad de la que es nativo y cuyo distrito ya representó ante el Congreso de la Unión en la LX Legislatura federal (2006-2009).

Según ha trascendido, el ex secretario de Educación está cometiendo una serie de errores que en otras circunstancias serían políticamente letales para su aspiración electoral, pues en sus caminatas por congregaciones y cabeceras municipales anda prometiendo “apoyos” a todo mundo –a párrocos, a mujeres de la tercera edad, a comisariados ejidales y a directivos de Juntas de Mejoras–, sin que hasta la fecha cumpla su palabra.

Afortunadamente para él tiene enfrente a candidatos y partidos opositores débiles, sin los mismos recursos económicos y una endeble estructura electoral. Esos serían los principales factores que pudieran salvarlo en estos comicios de su primera derrota en su trayectoria política.

Y es que un campanazo de Constantino Aguilar o de Marcos Salas sería un verdadero milagro. Pero en política a veces suelen darse sorpresas. Y si no pregúntenle al actual diputado federal por el PRD, Uriel Flores Aguayo, quien en 2012, contra todos los pronósticos, derrotó al Goliat del distrito de Xalapa urbano: al ex alcalde, ex secretario de Gobierno y ex procurador general de Justicia del estado, Reynaldo Escobar Pérez. Aunque, claro está, en ese proceso electoral influyó la afluencia de votantes motivada por la elección presidencial y, por ende, el efecto del candidato de la izquierda Andrés Manuel López Obrador.

Los contenidos, estructura y redacción de las columnas se publican tal cual nos las hacen llegar sus autores.

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