18 de Abril de 2024
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Fidel versus Javier
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2015-04-21 - 11:47
Ufff!
Nada fácil ha de ser para Javier seguir con la disciplina, sumisión y respeto que hace casi dos décadas le profesa a Fidel.
Topárselo a cada lance; pedirle parecer; soportar a la propia esposa, doña Rosa, con tan recio carácter que raya en lo irascible; estar al pendiente cada día las 24 horas a todo tipo de peticiones, exigencias, demandas…
Y resistir ese cuchillo de palo en donde el “me la debes ¿eh?” forma parte de una inacabada obligación en donde la injerencia ha sido el principal ingrediente a lo largo de las dos terceras partes de un gobierno que para muchos afortunadamente llega a su fin.
A todo ello, desde luego, se suma la cereza del pastel, Javier Herrera Borunda, quien ya llegó a Veracruz.
Fidel no reapareció el pasado fin de semana con su misma sonrisa sardónica, de burla permanente. No. Simplemente mutó la estrategia ahora dejándose ver en las aguas que más le gustan, la política, la electoral, la que le sabe, en la que se ha movido con destreza.
La bufalada, que él mismo llevó al acto partidista, le respondió como lo planeó; la prensa se desbordó; los fotógrafos en pos de la mejor placa y la clase política en el “¡Te lo dije, ahí está el hombre!”.
Y sí, cuando despertamos ahí estaba el moderno Prometeo cargando la leyenda, ratificando su poder, marcando línea y dejando el escenario abierto a la especulación.
Al evento priista que encabezó el máximo dirigente nacional César Camacho Quiroz, no asistió el primer priista Javier Duarte, acaso porque el primer priista, Fidel, llegó antes y necesario abrirse.
El fenómeno del minicallismo se repitió un siglo después, ahora en Veracruz con ese tan singular personaje que es Fidel Herrera Beltrán, autor de la siembra del fruto amargo que ha tragado todo un pueblo de 8 millones de habitantes.
Los comentarios, ya mismo, han sido fuertes, severos, desdoran a Javier.
Ya no se sabe si conmiserarse de él o entregar la razón histórica al llamado “Tío” que hoy es más poderoso que cuando gobernó y que si bien disfraza su presencia acompañado del cuento que “va de delegado del PRI a Oaxaca”, es indiscutible que seguirá con la bota sobre el cuello de quienes hoy nos gobiernan.
¿O es que habrá alguien que se atreva a brincarle?
Estamos a escasas seis semanas de la jornada electoral que según se dice habrá de definir la sucesión y en donde la “fuerza” de Fidel marcará el futuro de su grupo. Sin embargo, algo turbio queda en el ambiente político, al sustentarse el poder priista en el no voto.
Hoy con 183 fórmulas incrustadas en diez partidos políticos, con un abstencionismo real que alcanza el 60 por ciento y con una total confusión ciudadana hacia dónde orientar el sufragio, la apuesta priista es, en efecto, al cambio, pero para que todo siga igual.
Por ello la inmovilidad de los aspirantes priistas.
Esa es la razón de la ausencia de propuestas, el mutar al Partido Verde Ecologista, el nadar de a muertito, el confiar en el abstencionismo para amarrar victorias y garantizar ese voto duro que es comprado. Por ahí se irán los mil 500 millones de pesos previstos para esta jornada electoral.
Hay, sin embargo, un tema no considerado.
Tras la victoria pírrica, la exigencia ilusa será en que las intermedias garanticen supuestamente el derecho de voto y de veto para que la familia real pueda seguir usufructuando el poder de manera abusiva y arbitraria, pero ¡oh, desgracia!..
Eso no es lo que necesariamente piensa la federación.
Para el centro, como indica el devenir político, los hechos son los que cuentan y los hechos hablan de victorias electorales forzadas en Veracruz, de derrotas históricas como la del candidato Peña Nieto a manos del PAN, la fractura, desde Veracruz, del Pacto por México por la torpezas de Finanzas y Sedesol, por esa pésima relación que se tiene con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, la misma recrudecida con el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, tras relevarse el bárbaro daño patrimonial y ese incómodo diferendo con los tres Yunes, dos que dejaron de ser aliados y uno que es enemigo histórico.
Son muchas las pulgas que brincan en el petate y en donde la realidad apunta que más que el perpetuamiento de la fidelidad a lo que se aspira es salir a como dé lugar del hervidero antes de que la bomba reviente.
Ya el solo adelanto de la dirigencia panista encabezada por Gustavo Madero sobre la corrupción en Veracruz prevé nuevas batallas electorales, tal como sucedió a Javier Duarte cuando en el DF se dieron a conocer llamadas telefónicas de la corrupción del gobernador Fidel Herrera que tiró diez puntos los afanes priistas.
“Fidel Herrera y Javier Duarte desaparecieron dos mil 500 millones de pesos del Fondo de Aportaciones a Educación Básica del Estado”, revela el dirigente panista.
Los últimos seis exsecretarios de Finanzas –Mauricio Audirác y Carlos Aguirre incluidos- están inodados en este desvío. También están implicados el hijo de Ramón Ferrari, Antonio Ferrari Cazarín, el Auditor General de ORFIS, Lorenzo Antonio Portilla, Leonel Bustos, actual titular del Seguro Popular, así como Clara Luz Prieto y Santiago Mota Bolfeta.
Son los primeros nombres que brincan en el escenario a los que habrán de sumarse muchos más que la opinión pública ha venido citando como Salvador Manzur, Gabriel Deantes, Jorge Carvallo, Adolfo Mota y José Antonio Nemi Dib.
Lo revelado es tan solo la punta del iceberg de un diluvio que hace prever que el 2016 no irá por donde cree la Fidelidad con todo y que entregue 18 de 21 distritos electorales a la causa Peña Nieto.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo
Los contenidos, estructura y redacción de las columnas se publican tal cual nos las hacen llegar sus autores.

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