“Aunque digan la verdad, los mentirosos no son creídos.” – Ciceron.

Cuando pensábamos que ya habíamos visto todo, cuando creeríamos que de los políticos no podríamos esperar más, los veracruzanos no salimos del asombro, y es que la manifestación encabezada por el dirigente estatal del Partido Alternativa Veracruzana (AVE), Alfredo Tress Jiménez y 15 presidentes municipales de su partido demuestra lo que todos sospechamos, Veracruz está quebrado.
La falta de entrega de las participaciones federales a sus respectivas demarcaciones municipales les obligó a tomar las instalaciones de la Secretaría de Finanzas y Planeación, en un hecho inédito en la historia moderna de Veracruz, los alcaldes también se manifiestan.
La craza gobernabilidad de la entidad resulta ficticia, cuando observamos que las propias autoridades municipales deben tomar dependencias para hacer valer su autonomía.
Veracruz pareciera estar condenado al fracaso, al retroceso. La aparente fortaleza de las instituciones se vuelve frágil al reclamo de quienes deben mantener el control tanto social, político y económico de sus territorios, por la falta de recursos, que destinados a la realización de obras simplemente no llega.
“La idea de venir es, primero, que le cumplan al pueblo, que a los municipios les depositen su dinero como debe ser… yo les pedí a cerca de tres mil personas que venían de diferentes municipios que se regresaran, que me dieran el voto de confianza” sostuvo Tress Jiménez.
Aun cuando Tres Jiménez advierte que su intensión no es generar ingobernabilidad, la realidad ya lo rebasa, la acción misma de que una autoridad municipal salga y se manifieste para reclamar la ministración de sus recursos, son muestra de ello.
El gobernador Javier Duarte, quien en su momento fue el responsable de encabezar los esfuerzos de la pasada administración en el manejo Financiero, sabe que con el recurso de los municipios no se puede jugar. Es intocable.
El reclamo social para la realización de obras es constante, es latente, las autoridades municipales de Chacaltianguis, Acayucan, Oteapan, Catemaco, Rafael Delgado, Tlacotepec de Mejía, Banderilla, Tepetlán, Naolinco, Yecuatla, Misantla, Juchique de Ferrer, Las Vigas, Rafael Lucio, Landero y Coss, no mienten.
Aun cuando el responsable de Finanzas y Planeación, Mauricio Audirac sabe la realidad, solo esboza a decir que la deuda de la entidad es de 41 mil millones de pesos, los veracruzanos y los especialistas afirman sería de más.
Para el líder de AVE, el Gobierno estatal no tiene dinero, que se lo ha gastado, que se lo han llevado, pero mientras le den lo que le corresponde al pueblo no hay ningún problema, el problema es cuando dejan de dar.
Lo lamentable de esto es que la Secretaría de Finanzas y Planeación sólo es receptora de recursos que tiene que dispersar a los municipios y de acuerdo a la ley entre el día primero y cinco de cada mes es cuando debe entregar las participaciones federales.
Cuando se comprueba lo que todos sabíamos respecto a las finanzas del estado, los veracruzanos nos preguntamos ¿Y las participaciones… Apá?
Al tiempo.

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