19 de Abril de 2024
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¡A QUÉ GENTE TAN REVOLTOSA!
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2014-11-19 - 10:19
¿Será que el mexicano es revoltoso por naturaleza? ¿Crédulo? ¿O simplemente ingenuo? Platicando con mi esposa en el desayuno, me pregunta por qué las gradas de la Arena Córdoba aparecen vacías en las fotos de los periódicos. E insiste: “Dicen mis amigas que el gobernador apartó todos los boletos para no recibir abucheos, y por eso no hay boletos ni gente en las gradas”, y termina preguntando si eso es cierto, porque lo que conocemos de Javier no tiene ese perfil.
Mi respuesta va de inmediato, mostrando un diario local, con declaraciones de líderes del Movimiento Ciudadano y del Partido del Trabajo, en contra del alcalde panista de la ciudad de Córdoba, y le explico:
Mira, como los juegos tienen un plazo para clausurarse, no se pudo vender boletos por partido, sino por fecha. Es decir, si compras un boleto para hoy, puedes entrar desde las cuatro de la tarde hasta las nueve de la noche, pero como no todo el mundo puede estar 10 horas en la Arena Córdoba, los espectadores deciden cuál es el horario que más les conviene, según los partidos que quieran ver, y por eso hay horarios con partidos no muy interesantes, o en horas de trabajo como los de las cuatro a las seis de la tarde, y ves las gradas semivacías. Ésos que afirman que por parte del gobierno del estado se compraron todos los boletos, mienten y son unos revoltosos. Y aprovecho para comentarte que otra mentira, que hasta fue publicada en algunos medios de comunicación, fue la de la supuesta retirada de la representación de Venezuela, o el robo de una lancha del equipo mexicano de remo. Todo, mentiras, aprovechando cualquier cosa para hablar mal de la organización de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que sabemos que tuvo y tiene algunos problemas de organización, pero no los que se rumoran entre la población crédula que no confirma lo que le dicen o lo que publican en redes sociales o en el chat de sus teléfonos inteligentes.
Y te pongo el ejemplo de lo que pasa a nivel municipio de Córdoba, en donde los dos partidos mencionados critican que el chofer del diputado Serralde sea coordinador municipal de Oportunidades, pero la crítica la basan en lo que los ciudadanos consideramos el “reparto del botín”. Es decir, el reparto de puestos públicos entre los amigos y conocidos, y también entre los que trabajaron en la campaña. Lo curioso del asunto es que el Partido del Trabajo no tiene más de 800 votos en la ciudad de Córdoba, es decir, no representa a nadie, y en cuanto al partido de Movimiento Ciudadano, cuando han ganado algún municipio, ellos hacen exactamente lo mismo, e incluso hasta buscan sacar del erario recursos para sus proyectos políticos, como intentaron hacer cuando ganaron Chocamán, pero el alcalde, que por cierto es gente honesta, no lo permitió, a pesar de haber sido abanderado por sus siglas. Sin embargo qué bueno que sale a la luz esta información, aunque su interés sea espurio.
A lo que quiero llegar es que tienen razón en su reclamo, pero ese reclamo lo debe de hacer la sociedad, no grupos que señalan con el único fin de obtener un beneficio político. A partir de ese momento me sigo con los problemas nacionales en nuestra plática.
Para demostrarte que todos tienen intereses políticos, y tratan de manipular al pueblo como si fueran borregos fácilmente pastoreables, veamos el asunto de la casita blanca de Peña. En principio se agradece a Aristegui por el reportaje. Por sacar a la luz pública algo que no debe pasar en un país de leyes, y por poner en evidencia algo que huele a podrido por todos lados. Sin embargo, llama la atención el que ella jamás sacara reportajes similares respecto de las propiedades del “Peje”, del cual es claramente simpatizante. Incluso muchas de las acciones reprochables de este personaje mesiánico tampoco son transmitidas en sus noticiarios, así como no ha dado información sobre los anarcos que llevan años con las instalaciones del auditorio Che Guevara de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, o tampoco ha informado sobre el financiamiento de las marchas violentas en contra del gobierno federal por el asunto de Ayotzinapa, y mucho menos ha dicho que los antiguos miembros de Luz y Fuerza del Centro, los locos del grupo pancho villa (así con minúsculas, pues con su acción lo demeritan), los atencos, e incluso la propia maestra Elba Esther, están detrás de la campaña en contra de las instituciones del país. Ella, siendo una excelente periodista, también sesga las noticias según su propia visión política y sobre todo sus rencores, pues es claro que está en el exilio por protegerse de la represión política.
Los mexicanos en general tenemos absoluta razón en estar hartos de tener un gobierno que parece de ocupación, dedicado al saqueo de las arcas públicas, y favoreciendo a una clase empresarial privilegiada a costillas del trabajo y desesperanza de las grandes mayorías. Sin embargo, no tenemos razón en cuanto a acusar al PRI del crimen de los 43 (lo podemos acusar de muchos, muchísimos otros crímenes, pero de ese no), pero escucho en todos lados alegría por la quema de sus instalaciones, y por las muestras de repudio, supuestamente buscando justicia. Curioso pueblo el nuestro, que busca justicia tratando de linchar al inocente, en lugar de exigir que las bandas de los guerreros unidos (asesinos de los jóvenes), y de los rojos (los que los mandaron a Iguala) sean desmanteladas y llevadas ante un juez. No escucho que se exija que la red de corrupción y relación entre políticos del PRD, PT, MC, Morena y PAN, que fueron los que postularon al ex gobernador, sea investigada y llevada ante la justicia. No escucho que los funcionarios de procuración de justicia estatales y federales que no atendieron las denuncias, sean llevados ante la justicia. No escucho que se exija que se identifique a cada uno de los cadáveres en las fosas clandestinas, y sus restos entregados a sus familiares. No escucho que se investigue a los funcionarios del sexenio anterior federal involucrados con el narco, que propiciaron que muchos de los ocupantes de esas fosas clandestinas fueran asesinados, ya sea por omisión, por colusión o, peor aún, por conveniencia política o económica. Simplemente escucho la alegría de los revoltosos, pero no la inteligente propuesta para que esta tragedia, además de resuelta, sirva para que nunca más vuelva a pasar en México algo así. Ésa de la verdadera reforma política, del combate con cero tolerancia a la corrupción e impunidad, de la rendición de cuentas, de la reforma a los órganos de seguridad y justicia. Ésa, no la escucho entre tanto revoltoso.

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