La fiesta deportiva de los veracruzanos ha empezado. Los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014 vienen a ser un solaz de sano entretenimiento en medio de tanta negatividad que se ha generado en el país de unas semanas para acá.
Por supuesto que no debemos desatendernos de los asuntos importantes en lo que respecta a la política, la economía y la cuestión social en general, pero tampoco es sano que las personas nos enfoquemos únicamente en lo negativo, en lo que nos mantiene en ascuas, en una tensión psicológica que, repito, no es sana, ni para el cuerpo ni para el espíritu. Debemos guardar un equilibrio, y al mismo tiempo de poner interés en sucesos no muy gratos, lamentables a veces, que acontecen en nuestro país y en el mundo, tener en cuenta que también hay razones para estar alegres, optimistas, confiados y hasta (por qué no) felices.
Después de tanto bla bla, de críticas en la preparación, algunas fundadas y otras no tanto, finalmente la justa deportiva de los veracruzanos comenzó. Disfrutémosla y seamos buenos anfitriones.
El deporte de competencia incita a niños y jóvenes a seguir el ejemplo de los esforzados deportistas que obtienen una medalla por haberse preparado por meses o por años, a base de práctica, esfuerzo y disciplina. Los motiva a mantenerse alejados del alcohol y de las demás drogas. “Mente sana en cuerpo sano”, dice la máxima. Los alienta a no dejarse seducir por el lucro banal y fugaz que les ofrece el crimen organizado y desorganizado.
Las competencias fueron correctamente distribuidas en diferentes sedes a lo largo de nuestra entidad: Veracruz puerto, Boca del Río, Xalapa, Córdoba, Coatzacoalcos y Tuxpan; así que todos tendremos la oportunidad de asistir a alguno de los eventos cerca de nuestro lugar de residencia.
Ser anfitriones de unos Juegos Centroamericanos y del Caribe es un privilegio que tardará mucho en volverse a dar. Disfrutémoslos como espectadores y seamos caballerosos y amables como habitantes de este estado. Enhorabuena.
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De Cuba.
El presidente del Comité Organizador de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014, Carlos Sosa Ahumada, se vio en la necesidad de advertir, que es la delegación cubana la responsable que sus miembros deserten. Esto, por la posibilidad de que durante su estancia en nuestro estado, los atletas cubanos intenten escapar del “paraíso” comunista de los hermanos Castro.
¿Qué clase de régimen tiránico es el que tiene que mandar agentes, cada vez que salen del país delegaciones artísticas o deportivas, para vigilar que los miembros de esas delegaciones pidan asilo en el país que visitan?
Es una vergüenza que se permita participar a delegaciones de naciones con regímenes dictatoriales como Cuba y Corea del Norte.
Y en el caso de la isla caribeña resulta aún más vergonzoso y hasta increíble que en México haya personas que simpatizan con la dictadura castrista. Parece que no les basta con el hecho de que los cubanos se tengan que lanzar al mar, arriesgando y en no pocas ocasiones dando la vida, por llegar a un lugar donde haya libertad.
Parece que no les basta con el hecho de que la tiranía comunista de Cuba abiertamente encarcele a periodistas y ciudadanos en general solo por disentir de la posición oficial marxista. Simpatizan con ese régimen represivo de izquierda que debe más vidas inocentes que Pinochet, ¡ah!, pero las víctimas de los Castro eran “derechistas”, “aliados del imperialismo yanqui”; no cuentan.
Recuerdo cómo los izquierdistas en México pusieron el grito en el cielo cuando en el sexenio de Vicente Fox se habló de la posibilidad de que su esposa Marta se lanzara como candidata del Partido Acción Nacional a la presidencia de la república. Y también recuerdo cómo esos mismos izquierdistas guardaron un silencio sepulcral, cuando el dictador Fidel Castro, con la mano en la cintura, puso a su hermano Raúl como presidente, pero en este caso, sin mediar siquiera al menos una farsa de elecciones. Y lo hizo con un poder que no tuvieron ni los reyes más absolutistas de siglos pasados, pues éstos por lo menos tenían que apegarse a reglas bien marcadas de sus respectivas monarquías.
Parece que no les basta con el hecho de que, si bien permiten salir de Cuba a catedráticos, entrenadores deportivos, médicos, etcétera, lo hacen cerciorándose de que en la isla permanezcan su esposa e hijos o algún familiar directo, para así tener la garantía de que no van a hablar mal del régimen ni van a pedir asilo político, por miedo a las represalias.
Fidel Castro (su hermano Raúl es solo su títere) le entregó todas las paradisíacas playas cubanas a megaempresas capitalistas españolas. Pero aquí en México, nuestros izquierdistas, se rasgan las vestiduras porque el gobierno impulse la inversión privada en diferentes áreas.
Pero lo más aberrante es que el ciudadano cubano común tiene prohibido ingresar a esas playas y centros turísticos; son únicamente para turistas extranjeros.
¿Y la prostitución generalizada? Porque es sabido cómo jóvenes mexicanos viajan gustosos a Cuba porque saben que bellas jóvenes de aquel país se venden por un par de pantalones de mezclilla o hasta por una botella grande de refresco de cola. Hay un dicho: “Con Batista, Cuba era el prostíbulo de Estados Unidos; con los Castro, Cuba es el prostíbulo del mundo”.
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Día del libro.
Sófocles (494 – 406 a.C.), uno de los hombres más sabios de su tiempo y el más grande de los trágicos griegos, era al mismo tiempo campeón de atletismo. Simbiosis bendita la de la práctica del deporte y la cultura.
Este 12 de noviembre se celebró el Día del Libro, lo que la Casa del Lago, bajo la coordinación de la maestra Maliyel Beverido, celebra con diversos eventos con el Festival Librero. Bienvenido todo lo que sea promover la lectura en niños, jóvenes y adultos.
Y hasta el próximo sábado, si Dios lo permite.