Se cumplen 14 años de la partida de quien fuera uno de los políticos veracruzanos más destacados de nuestros tiempos, don Fernando Gutiérrez Barrios, conocido como el “caballero de la política”, por su capacidad para dialogar y convencer, pero también por su mano firme para conducir las responsabilidades que desempeñó desde secretario de Gobernación y gobernador de Veracruz.
Elegante en el vestir, con su casi uniforme de guayabera blanca y su paliacate rojo al cuello, atendía y resolvía todos los problemas que se le planteaban, con una mano firme y una sonrisa siempre a flor de labio.
Don Fernando, durante su administración como gobernador de Veracruz, aplicó una política no sólo de trato directo, sino que estableció una norma que habría de ser regla para los gobernantes siguientes; en materia de comunicación social no sólo atendió a todos los medios, desde los más modestos hasta los más poderosos.
Ésa fue la instrucción directa que le dio a su eficiente colaborador, el periodista Edgar Hernández, quien despachó como coordinador de Comunicación Social: “hay que atender a todos, no sólo a los grandes, también a los chicos”.
Por esa característica de su trato amable y respetuoso, es que a 14 años de su partida, todavía es recordado por muchos con afecto y cariño. Lo que sembró, cosechó.
Como secretario de Gobernación, se decía que era el hombre más informado de México, sabía y conocía todos los hechos que había que dar seguimiento.
Hoy en día, ante los hechos suscitados en el estado de Guerrero, resulta interesante conocer si don Fernando despachara todavía en la Secretaría de Gobernación, si no hubiera tenido la información de lo que estaba sucediendo y no hubiera tomado cartas en el asunto, sin esperar a que explotara un conflicto que ya tiene dimensiones internacionales y todavía no hay para cuándo haya una solución.
Habría que recordar una de sus frases preferidas: todo dentro de la ley, nada fuera de ella.
Veracruz, primero y siempre.
Otras de sus tesis políticas: No se puede gobernar de espaldas al pueblo.
La función de gobernar, sólo adquiere su plena expresión democrática, cuando se sustenta en una genuina división de poderes.
Entendemos la función de gobernar, como una mística de servicio, sustentada en el diálogo permanente, abierto y cordial, con todos.
Ante la ausencia de los llamados políticos políticos, cuando la función pública se satura de juniors inexpertos, cobra mayor dimensión la figura de un político veracruzano que supo ejercer el poder en toda su expresión.
Promotor de los acuerdos, a lo largo de su fecunda carrera política sabía que el equilibrio y la armonía posibilitan la permanencia de las instituciones y la paz social.
Por muchas razones más, este jueves al cumplirse 14 años de su partida, muchos son los veracruzanos que recordaron con nostalgia al hombre leyenda, el “caballero de la política”, que supo ejercer el poder.

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