“Cuando la situación es adversa y la esperanza poca, las determinaciones drásticas son las más seguras”. Tito Livio

Una vez más el gobernador Javier Duarte ajusta el primer círculo de colaboradores, ante la salida de la Secretaría de Finanzas y Planeación de Fernando Charleston Hernández, el cual pretextó motivos de salud para aplicar la fuga al cargo.
Nuevamente el mandatario estatal ha tenido que echar mano del capital humano, bajo un criterio de selección que primero permitiera asegurar el bajar la cortina de la administración estatal sin mayor contratiempo.
Para ello encomendó la tarea de sacar a flote las finanzas estatales a Mauricio Audirac Murillo, quien hasta este lunes ocupara la Contraloría General del estado.
Expertos afirman que se avecinan vientos y tormentas a Veracruz en el manejo financiero, con la llegada del cuenqueño.
Sobresale también el retorno y aparición, dentro de la administración pública, del ex alcalde de Pánuco por Acción Nacional, Ricardo García Guzmán.
Con amplia experiencia dentro de la administración pública estatal, García Guzmán es doctor en Administración Pública, fue nombrado director del Instituto de Administración Pública (IAP) a la salida del ahora diputado federal Alejandro Montano Guzmán.
Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas, a lo largo de sus 30 años de carrera dentro de la administración pública, García Guzmán ha demostrado que sabe aprovechar y acomodarse a las circunstancias.
En su momento se vio apadrinado por su coterráneo Fortunato Guzmán Rivera, quien primero lo recomienda con el también panuquense Mardonio Mireles, gerente del Sistema de Transporte Colectivo Metro en el sexenio del presidente José López Portillo (1976-1982).
En 1992 fue incorporado en la Secretaría de Comunicaciones bajo el régimen del gobernador Patricio Chirinos Calero, donde se desempeñó inicialmente como subdirector de Administración y Programación de la Secom y más tarde como subdirector de Administración de Maquinaria de Veracruz (Maver).
El gran salto de su vida se conjuró durante la administración de Miguel Alemán Velasco, a cuyo equipo se enganchó durante la campaña electoral de 1998, cuando entonces colaboraba como contralor del CDE del PRI bajo la dirigencia de su protector Guzmán Rivera, quien había sustituido precisamente a Yunes Linares tras su sonado fracaso electoral en la sucesión municipal de noviembre de 1997.
Cercano a las altas esferas de la rendición y transparencia de cuentas, mantiene extraordinarios lazos con los actuales integrantes de la Auditoría Superior de la Federación.
Quienes le conocen afirman que es un tipo inteligente, sagaz, dedicado, que respeta y cumple acuerdos.
Ha señalado que cumplirá las instrucciones del gobernador de vigilar, transparentar y certificar el ejercicio de los recursos públicos en las dependencias estatales.
Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo