“El genio es el arte de la oportunidad”, Napoleón Bonaparte

Las circunstancias políticas del Veracruz actual no son en nada parecidas a las que se habían prospectado un par de meses atrás. Los líderes de opinión apuntaban a que el procesos sucesorio había iniciado y materialmente existían dados cargados a favor de un suspirante de origen peroteño.
Pero, como apuntan quienes se dicen conocedores de la política, nunca se debe dar por muerto a nadie, porque al que hoy desprecias mañana se encumbra y te pisará.
Pero el revuelo generado por los tres tristes Yunes intenta poner en tela de juicio una circunstancia que responde a una propuesta del presidente Enrique Peña Nieto, de la mano de todos los partidos políticos vía el Pacto por México.
Cuando las fuerzas políticas nacionales signaron los acuerdos del mismo pacto se planteó la necesidad de homologar los procesos electorales para buscar su concurrencia con las elecciones federales.
La medida beneficiará a los partidos políticos porque podrán desarrollar un trabajo de partido real acabando con la demagogia y el falso discurso.
Si Veracruz no modificase su legislación en materia electoral, en 2015 saldrían los ciudadanos a elegir diputados federales; en 2016 gobernador y diputados locales; en 2017 alcaldes; en 2018 presidente, senadores y diputados federales; en 2019 diputados locales; en 2020 no habría proceso electoral, y en 2021 diputados federales y alcaldes, y así sucesivamente.
Pero ¿cuáles son los pros y los contras de no gestar esta homologación legislativa?
Económicamente se paralizarán las inversiones, inhibiendo la entrada de capitales nuevos, la mayoría de las empresas proveedoras del estado enfrentarán falta de liquidez, resultado de la suspensión de los programas gubernamentales durante periodo electoral, además que muchos recursos públicos son desviados a las campañas.
Políticamente incrementarán los señalamientos y acusaciones sobre los tres niveles de gobierno; irán al alza las manifestaciones y expresiones de inconformidad sobre las autoridades; el descontento social se elevará por los intereses que se crean en un proceso electoral; crecerá el abstencionismo en cada elección.
Socialmente las zonas más pobres logran obtener algunas dádivas otorgadas por candidatos ante la falta de credibilidad y propuestas viables: materiales para la construcción, playeras, despensas, útiles escolares, dinero en efectivo, etcétera.
Lamentablemente esto no incide en la reducción de la pobreza, por el contrario la incrementa, provocando dependencia de las familias a esta clase de apoyos, se genera corrupción, desvío de recursos públicos destinados a mejorar la infraestructura y los servicios municipales.
Y aún con estos elementos existen voces que aseguran que esta propuesta es inviable, la mezquindad caro cobrará sus deseos. Por mucho, Veracruz merece mejor destino.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo