Moral en turno: meterse a delinquir para no estar en el lugar equivocado
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En enero de 2016, cinco jóvenes que retornaban a sus casas después de vacacionar en el puerto de Veracruz, fueron desaparecidos en Tierra Blanca. Meses más tarde, se supo que fueron secuestrados por policías y entregados a un grupo criminal, quienes los torturaron y mataron. La conclusión fue que los confundieron al estar en el lugar equivocado.

Lo mismo aconteció con los tres estudiantes de cine en Jalisco: eligieron un sitio como locación y acabaron en un tinaco con ácido clorhídrico, por estar en el lugar equivocado.

Hay decenas de casos similares pero ¿quiénes están en el lugar equivocado?

¿Están en el lugar equivocado los jóvenes que vacacionan o realizan una tarea, la familia que viaja por carretera y acaba en medio de un fuego cruzado o la muchacha que le resulta atractiva a un mafioso?

Para nada, en todos los casos, las víctimas realizaban sus actividades en total normalidad.

Están en el lugar equivocado, los funcionarios corruptos que se alían con el crimen organizado, también lo están los que consideran tener la potestad de matar a mansalva.

Estos últimos, insistimos, son los que están en el lugar equivocado, porque no hay duda de que deberían estar encerrados en la más cruel de las prisiones o mejor aún: no haber nacido.


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