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EL DOMINGO DE RAMOS
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2018-03-25 - 16:35
Domingo de Ramos. En este día, 25 de marzo de 2018, la Iglesia Católica recuerda la entrada de Jesucristo en Jerusalén para consumar su Misterio Pascual. Se trata de la festividad del Domingo de Ramos de la Pasión del Señor. En México valoramos grandemente las palmas benditas y las guardamos con devoción en nuestros hogares. Hoy se proclaman dos pasajes evangélicos. El primero de ellos se refiere a la entrada de Jesús en Jerusalén,el cual, en este Ciclo dominical B, propone la lectura del Evangelio de San Marcos (11, 1-10). El segundo texto evangélico de hoy,corresponde a la liturgia de la Palabra de este domingo yse trata del relato de la Pasión del Señor Jesús, cuya proclamación no se permite omitir en ninguna de las Misas y está tomado de San Marcos (14, 1-15, 47). La oración colecta de esta Misa, ilumina el sentido de la celebración: “Dios todopoderoso y eterno, que has querido entregarnos como ejemplo de humildad a Cristo, nuestro Salvador, hecho hombre y clavado en una cruz, concédenos vivir según las enseñanzas de su Pasión, para participar con él, un día, de su gloriosa Resurrección”.

Jesús muere en Jerusalén.Algunos biblistas han dicho que el Evangelio de Marcos era un relato de la Pasión de Jesucristo con una larga introducción. Esta observación resalta la importancia que la parte final del Evangelio tiene para el conjunto de la obra. Jesús conoce previamente lo que le espera. En este proceso, Jesús se comporta como Siervo sufriente y se muestra como el Rey de los judíos, a pesar de la burla y ceguera de sus adversarios. Los discípulos, sin embargo, alcanzan el fondo de su debilidad y cobardía con la traición de Judas y las negaciones de Simón Pedro. La sección inicial del relato de la Pasión, según Marcos, identifica a Jesús como el Mesías (14, 1-11), coloca su muerte en el contexto de la pascua judía (14, 12-16) y destaca la autoinmolación de Jesús (14, 17-31). Jesucristo es consciente de lo que le está pasando y supera con creces a los personajes con quienes se confronta. Así aparecen los episodios del complot de los sumos sacerdotes y escribas para matar a Jesús; la unción con perfume que recibe de una mujer en Betania, en la casa de Simón el leproso; la última cena con sus discípulos, la predicción de la traición de Judas y de la negación de Simón Pedro; su oración y arresto en el jardín de Getsemaní; los procesos judiciales ante los Sumos Sacerdotes y ante Poncio Pilato; su crucifixión, muerte y sepultura en el sepulcro de José de Arimatea.

Pasión de Cristo y vida cristiana. Algunos elementos de la liturgia de hoy, ayudan a meditar la Pasión de Cristo y su incidencia en nuestra vida como sus discípulos y misioneros. Así, el Prefacio nos dice: “En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. El cual, siendo inocente, se dignó padecer por los pecadores y fue injustamente condenado por salvar a los culpables; con su muerte borró nuestros delitos y, resucitando, conquistó nuestra justificación”. Así también, nos ilumina la oración sobre las ofrendas y la posterior a la comunión: “Que la pasión de tu Hijo, actualizada en este santo sacrificio que vamos a ofrecerte, nos alcance, Señor, de tu misericordia, el perdón que no podemos merecer por nuestras obras”; “Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo Jesucristo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas”. Del mismo modo, algunas oracioneslitúrgicas o devocionales nos colocan ante la Pasión y Muerte de Jesús: “Pasión de Cristo, confórtame”; “Por tu Cruz y Resurrección, nos has salvado, Señor”; “Anunciamos tu Muerte, proclamamos tu Resurrección, ven, Señor Jesús;“Te adoramos, Oh, Cristo y te bendecimos porque con tu santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador”; “Si por tu Sangre preciosa nos has redimido, que nos perdones te pido por tu Pasión dolorosa”.

+Hipólito Reyes Larios
Arzobispo de Xalapa


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