En la elección 2018 los aspirantes a candidatos independientes en Veracruz son los Nacidos para Perder. No veo cómo, bajo qué escenario, alguno de ellos pueda lograr estar en la boleta.
Eso significa que somos parte de una sociedad hipócrita que se refocila en el marasmo de una ideología partidista que hoy se ha vuelto insostenible. Los partidos políticos son vehículos para acceder al poder, y nada más; las verdaderas luchas sociales están protagonizadas por la sociedad civil organizada.
He escuchado hasta la saciedad que los mexicanos ya no creen en los partidos políticos y ahora que tiene la opción de escoger a Candidatos Independientes, les dan la espalda. Como dirían los clásicos, nada les embona.
En Veracruz lo menos que causan los aspirantes a independientes son ternura.
Y dígame usted si puede ser diferente si ni la Rosa de Guadalupe podría ayudarlos a estas alturas. Simón Soto Hernández, aspirante a candidato independiente para la gubernatura, le quedan unos quince días para lograr lo imposible. ¡Vaya! Ni siquiera aplicando las triquiñuelas que asegura Pedro Ferriz de Con realizó El Bronco, podría lograrlo.
Este lunes el OPLE Veracruz subió a su plataforma de internet el “Avance de apoyo para el candidato independiente a la Gubernatura” con corte a las 14 horas de este 22 de enero, y Simón Soto llevaba solo 697 apoyos de los 169,090 necesarios. Esto es, apenas el 0.41%. En estricto sentido no lleva nada. ¡Imposible!
Y los aspirantes a diputaciones locales están igual o peor. No podrán juntar los apoyos necesarios ni yendo a bailar a Chalma. Este 6 de febrero termina el plazo y al día de hoy, tooooooodos están lejos del número mágico según datos oficiales.
En el caso de los aspirantes a diputados ninguno supera el 20% necesario. En Coatzacoalcos, de los 5,818 apoyos necesarios, Eliel Escribano Parada lleva 172 y Mario de Jesús Callejas 1,100; en Córdoba, de los 5,772 apoyos requeridos, Fidel Martínez Hernández lleva 613, Oscar Hernández 698 y Piedad Dorantes 431; en Martínez de la Torre, de los 5,237 apoyos requeridos, José Manuel Gálvez Pérez lleva 648; y en San Andrés Tuxtla, de los 5,330 apoyos requeridos, Divaj Salvador Díaz no lleva ni uno solo.
Es una vergüenza. Pero no de los aspirantes a candidatos independientes. Ellos son unos valientes que se atrevieron a ir contra todo y a pesar de todo. La vergüenza es quejarse en redes sociales y en reuniones de los ‘malditos’ partidos políticos, de los ‘hambreadores del pueblo’, de los ‘parásitos de la monarquía sexenal’, y de todo ese enjambre chupasangre que vive a costa del erario, y no darle la oportunidad de competir a personas sin partido. Si no los va a apoyar, cuando menos no se queje de los partidos políticos. Es lo que hay, y con eso hay que hacer el caldo.


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