Como buenos tecnócratas, tienen desequilibrios en sus variables macro políticas
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El tour mediático del gobernador de Chihuahua, Javier Corral, en el que denuncia una presunta represalia de la SHCP, por investigar la triangulación de dinero oficial al PRI, ha metido en un verdadero brete al gobierno del presidente Peña.

No es ninguna novedad que se acuse al PRI de manejar recursos ilícitos y aunque el ex partidazo lleva mano en eso, es una práctica que se ha extendido al resto de los partidos.

Sin embargo, que un gobierno estatal opositor haya encarcelado a un ex Secretario General Adjunto del CEN tricolor, Alejandro Gutiérrez, y qué, además, se mencione el nombre de Luis Videgaray y el de Manlio Fabio Beltrones, prendió los focos de alarma.

Lo cierto, es que ante los señalamientos de un viejo lobo de mar como Corral (sean o no reales), los burócratas hacendarios se han visto torpes, sin saber defender su causa.

En lo que se llega a la verdad del asunto, si es que ocurre, los tecnócratas se muestran tal como son: incapaces de operar en circunstancias adversas, por más que los comunicadores amigos los quieran defender. No funcionan fuera de la zona de confort.

Por su parte, el aún secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, observa el conflicto sin intervenir, lo cual demuestra el tamaño de la fractura que vive el peñato.

Ni hablar, un licenciado en derecho graduado en una facultad de Los Mochis, se ‘llevó al baile’ a los doctores en economía egresados de las elitistas universidades estadunidenses.

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