Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída la altivez de espíritu. Proverbios 16:18


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Cuanto dolor solemos causarnos a nosotros mismos, la altivez, la soberbia, nos ciegan y no caemos en cuenta de todas las torpezas que cometemos, estamos lejos de la iluminación del Espíritu Santo, trágica y penosa situación.

La arrogancia suele acabar con los propósitos del buen hombre, de nada sirve detentar un puesto de altos vuelo si no se tiene la sabiduría para saberse conducir, los resultados están a la vista. Muchos padecen su impudicia.

A lo largo de mi camino por la política, he aprendido que las estructuras del gobierno nos rigen a todos: si no pagamos el agua la suspenden, igual ocurre con la energía eléctrica y otros servicios, que bien pueden ser de carácter privado, como la telefonía. Así funciona todo, bajo la égida del Estado.

Así las cosas, todos debemos caminar en orden, debemos observar al pie de la letra los mandatos del Señor y las leyes del gobierno, mal hacemos en pensar que tenemos todo ‘bajo control’.

Por lo anterior, resulta alarmante que en el marco de los problemas que afrontan los ex gobernantes de la entidad, supongan que el contratar a un caro bufete de abogados los va a salvar de todas las responsabilidades generadas.

Hay que tener temor de Dios, arrepentirnos, de lo contrario todo intento, aun por salvar el castigo de la ley de los hombres, será en vano, está demostrado

Sobre el tema, nos platica Malaquías 4:1, lo que ocurrirá en el advenimiento del Día de Jehová: “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama”.

“Los soberbios y los que hacen maldad serán estopa”…¡caray!, el texto bíblico es claro , contundente ¿por qué no lo entienden?

Hagamos oración, tengamos claro que la salvación es para todo el que la desee, no llegaremos lejos bajo la idea de que somos ‘únicos’, los ‘consentidos de Dios’.

No lo olvidemos, después de la soberbia viene el quebrantamiento.


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