No aplica lo que predica: mordió el anzuelo y dejó la carnada

_________________________

La semana que concluyó fue un mal presagio para Andrés Manuel López Obrador, diversos factores le hicieron perder el juicio, lo que redundó en desencuentros con la prensa, una historia ya conocida.

Tenía un buen tiempo que el tabasqueño había abandonado el discurso incendiario contra los comunicadores, pero desde el affaire con Yunes Linares, ha retornado paulatinamente al encasillamiento ideológico.

En tierras jarochas, en más de una ocasión, Andrés ha recetado el típico: ‘están maiceados’, a los periodistas que le hacen preguntas incómodas. Ante la imposibilidad de dar respuestas veraces, el candidato presidencial de Morena opta por el adjetivo y la ocurrencia.

Como él mismo sugiere a sus adversarios: tiene que serenarse, de no ser así, podría perder votos de ciudadanos que más que simpatizar con su causa, están literalmente ‘hasta la madre’ de los gobiernos simuladores que no combaten la corrupción. Su feligresía votará por él a pesar de todo, lo cierto, es que esos sufragios no le alcanzan para llegar a Los Pinos.

Todavía falta un año para la jornada electoral de 2018, por lo tanto, muchas cosas pueden ocurrir. Nadie debe festejar por anticipado, bueno, eso recomienda la sensatez.

Por lo pronto, AMLO debe tomar té de tila, de continuar mostrando el cobre, sus adversarios se darán vuelo señalándolo de ser un personaje autoritario y con ello, se cumplirá de nueva cuenta la profecía tropical. Dijera Lara: mi rival es mi propio corazón…

_________________________________________________________________________________________________________

LOS CONTENIDOS, ESTRUCTURA Y REDACCIÓN DE LAS COLUMNAS SE PUBLICAN TAL CUAL NO LAS HACEN LLEGAR SUS AUTORES.